Apuntes sobre BANKIA: un rescate llamado nacionalización
Juan Hdez. Vigueras · · · · · |
13/05/12 |
![]() "Los centinelas no estaban en sus puestos, en gran parte debido a la fe ampliamente aceptada en la naturaleza autocorrectiva de los mercados y en la capacidad de las entidades financieras para vigilarse a si mismas con efectividad", se afirma en las conclusiones del informe del Congreso estadounidense sobre la crisis de Wall Street; subrayando claramente el trasfondo ideológico neoliberal como principal causa de la crisis financiera global, que podemos aplicar también a la de Bankia. Pero en el caso de las Cajas de Ahorro hay que subrayar que el dinero en juego era y es público. Por eso, tenemos que destacar ante todo la responsabilidad de los gestores políticos o allegados a los partidos mayoritarios.
Primero había que "salvar a los nuestros", piensan nuestros gobernantes. Para empezar, digamos que Bankia representa el fracaso de las reformas financieras del gobierno actual (la de febrero 2012 era la "definitiva") y de las anteriores, que no han logrado que la banca sirva el crédito que necesita una economía que languidece y genera paro. Y es que han tenido como objetivo básico ocultar la corrupción sistémica y las responsabilidades de gestión de las oligarquías políticas regionales, soporte de la élite política, que impulsaron Cajas "engrandecidas" con la especulación inmobiliaria alimentada por el dinero barato del exterior y los mecanismos bancarios financieros. Más allá de la responsabilidad de los gobiernos que pusieron las bases del desmadre financiero- inmobiliario.
Entre junio y diciembre de 2010 surgía el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) resultado de la suma de Caja Madrid y Bancaja, primero, y de Caja Canarias, Rioja, Ávila, Segovia y Layetana bajo la fórmula jurídica ad hoc del SIP, un esquema legal que integra activos y pasivos de estas Cajas; consensuado por los dos partidos mayoritarios para tapar el desastre de la especulación inmobiliaria y de paso las responsabilidades de la gestión bancaria nefasta, a costa de los contribuyentes. En marzo de 2011, hace poco más de un año, se lanzaba Bankia como filial de BFA, un nuevo banco privado con la aportación de 4,465 millones de euros del FROB, el fondo estatal de rescate bancario. De este modo se pretendía resolver los problemas de insolvencia de Bancaja y otras, en particular de Caja Madrid, "la más dañada por la crisis del ladrillo".
Surgió así un monstruoso banco "demasiado grande para dejarlo caer", de un elevado riesgo para el sistema financiero español por sus 10 millones de clientes-depositantes, sus 22,000 empleados y 400,000 accionistas además del volumen millonario de la cartera de participaciones empresariales, un tinglado bancario madrileño montado con dinero público del contribuyente bajo un ilustre político fracasado como director gerente del FMI y uno de los patrocinadores de la legislación que liberó el suelo patrio para la especulación inmobiliaria. Era el cuarto banco español; la joya del PP desde hace años.
El fracaso inicial de la salida de Bankia a Bolsa en junio de 2011 demostró su fragilidad financiera de origen. Aunque, con la fe neoliberal en las bondades de los mercados financieros, nuestros gobernantes, incluido el gobernador del Banco de España, creyeron que sería superada con la influencia en "los mercados" del ex Director Gerente del FMI. Eso sí: atraídos por la imagen histórica de las Cajas una gran parte pequeños ahorradores, jubilados en su mayoría, compraron acciones del nuevo banco, ahora depreciadas en un 40 %; o compraron participaciones preferentes engañados por la creencia de que hacían un depósito.
Como ha sucedido en las restantes Cajas de Ahorro bancarizadas, el Presidente de Bankia y todos los demás gestores bancarios allegados al partido gobernante y sus baronías regionales, se aseguraron retribuciones desmesuradas mediante contratos blindados que contaron con el beneplácito de las autoridades incluido el supervisor, el Banco de España. Unos hechos denunciados por una parte de la opinión pública sin mayores consecuencias hasta la fecha.
Segundo. Había que ocultar la cruda realidad. En la formación del nuevo proyecto bancario madrileño, la ingeniería financiera asignó los llamados activos "tóxicos" (léase préstamos impagables, viviendas y solares sin mercado previsible) al "banco malo", el BFA; y los activos buenos y de dudosa validez se asignaron a la filial única, Bankia, una compleja operación de manipulación contable esperando que las ganancias futuras de Bankia cubrieran la insolvencia de la banca matriz que tiene ahora un capital cero, se asegura. El resto lo aportó la contabilidad financiera y sus expertos; con la expresión "valores tóxicos" puesta en circulación en Wall Street para denominar aquellos activos subprime cuando ya carecían de mercado y nadie sabía lo que valían, en España se ha aplicado interesadamente para evitar mencionar los inmuebles que tienen existencia física real, pero cuyo valor contable resulta imaginario porque el valor razonable del mercado (mark to market) nadie lo sabe, son activos que ni se venden ni se compran ni ahora ni en mucho tiempo.
¿Qué criterios contables precisos sirvieron de base para deslindar en las cuentas los activos buenos y malos y su reparto entre BFA y Bankia?
Tercero. El financiarizado contexto europeo actual contribuyó a la supervivencia de Bankia. Más aún, Bankia ejemplifica el fracaso de la política del BCE frente a la crisis de la deuda soberana del euro, que incentiva el negocio especulativo financiero de los bancos en lugar de generar crédito; fue uno de los primeros bancos europeos en solicitar liquidez (15,000 millones de euros en Diciembre de 2011 y 25,000 millones en febrero 2012, al 1 %. Como muestra, digamos que aportaba al BCE como garantía los bonos de renta fija del Fondo de Activos Corporativos V, que están respaldados por préstamos diversos, como los concedidos al Real Madrid para los fichajes de Ronaldo y Kaká. Y que obviamente han servido para adquirir deuda pública de elevada rentabilidad, además de cubrir sus vergüenzas contables derivadas de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Caja Madrid como tantas otras Cajas hace tiempo que dejó de ser banca tradicional de depósito para convertirse en banca financiera, nutrida por la especulación en "los mercados". Y si los gobiernos de la UE quisieran acabar con esta especulación bancaria, justificada con la falacia de que los estatutos del BCE no le autorizan a prestar dinero a los gobiernos del Eurogrupo, ¿por qué no se ha modificado ese tratado en tres meses como se ha logrado concluir el aberrante pacto fiscal?
Cuarto. Los reguladores privados en la sombra del casino financiero se imponen sobre los supervisores públicos. La auditora Deloitte, una de las cuatro grandes del mundo y necesitada de recuperar prestigio, destapó la cruda inviabilidad del proyecto bancario privado, advirtiendo ya en febrero pasado el desajuste patrimonial de BFA, originado por la pérdida de valor de su filial Bankia. La crisis de Bankia, con la dimisión de su Presidente, no fue decisión de los accionistas ni del supervisor sino que la desencadenó la negativa de la auditora Deloitte a avalar unas cuentas considerando que el valor real de BFA asciende a 8500 millones euros frente a los 12,000 registrados en sus libros. Por tanto, la actuación del Banco de España ha quedado en entredicho porque en febrero último afirmaba la capacidad de todas las entidades financieras para hacer frente a las provisiones requeridas por la reforma financiera aprobada por el gobierno en ese mes. Asimismo, el Banco de España no puso ninguna objeción al plan de saneamiento presentado por Bankia el 31 de marzo y el 17 abril como queda claro en su comunicado, aunque se cubría advirtiendo de que si se diese el caso de que alguna entidad no lograse alcanza el nivel de capital requerido siempre podría acudir al FROB.
Quinto. El rescate de Bankia, cuya cuantía todavía está por determinar en función de la valoración de sus activos y que el gobierno ha querido denominar "nacionalización transitoria", no resuelve todos los problemas porque los daños colaterales de esta crisis son ya cuantiosos. Por el momento está clara la pérdida de confianza exterior en este país, sus bancos y en las políticas gubernamentales que nos hunden en una profunda recesión económica; como prueba la exigencia de la UE de una valoración independiente de todos activos bancarios. A lo que se añaden las negras perspectivas para las actividades culturales, asistenciales y sociales de la Obra social de Caja Madrid y de las restantes Cajas. Y por un largo momento, la pérdida de confianza inversora se traduce en depreciación de las acciones de las empresas participadas por BFA-Bankia, cuya cartera abarca, entre otras empresas importantes, Indra (20%), Mapfre (15%), NH Hoteles (15,74 %), IAG (Iberia-British Airways) (12 %) o Iberdrola (5%), con la dificultad añadida de que la liquidación de esas participaciones no resulte oportuna en una Bolsa bajista (Expansión, 11/5/2012).
Y, como ha ocurrido en las economías fallidas de algunos países en desarrollo, ahora "los fondos buitres vuelan en círculo sobre Irlanda y España" nos decía el titular de un reportaje del Financial Times del miércoles 9 de mayo. Pero, mientras parece que estos fondos especulativos, que se aprovechan de los países hundidos por las crisis financieras, no han encontrado las gangas que esperaban en Irlanda, su actividad creciente en España se encamina más que hacia el agobiado mercado de los préstamos hipotecarios y al consumo, al acecho de oportunidades en participaciones de empresas punteras, en las "corporate oportunities".
Así podremos contemplar cómo la derecha española, de tan delicada sensibilidad nacionalista frente a los guiñoles de la TV francesa y a las decisiones soberanas de Argentina, tras haberse desprendido clubs de fútbol populares, irá vendiendo parcelas significativas de las antiguas empresas españolas.
Juan Hdez. Vigueras es autor, entre otros libros, de El casino que nos gobierna. Trampas y juegos financieros a lo claro, Madrid, Clave intelectual, 2012. |
La ejecutiva federal de Izquierda Unida se reunió este lunes y tuvo como uno de los platos centrales de discusión las ayudas de entre 7.000 y 10.000 millones de euros que el Gobierno español quiere dar a la entidad financiera Bankia.
En la cita se acordó una resolución que se ha conocido este martes por la mañana y que reclama básicamente tres puntos: “Que se proceda a la intervención inmediata” de la entidad ” y a su nacionalización”, que se negocie un plan de reestructuración del sistema financiero español que prescinda de toda ayuda pública y que comparezcan de forma inmediata en el Congreso el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. El texto también considera “inaceptable” que Rato haya elegido como sucesor a José Ignacio Goirigolzarri, que salió en 2009 de BBVA con una pensión millonaria.
Este martes han explicado la triple petición el primer portavoz adjunto del grupo Izquierda Plural, José Luis Centella, y el responsable de Economía, Alberto Garzón. “Es el último paso de un absoluto despropósito. El Gobierno está tomando el pelo a los ciudadanos, engañando y mintiendo también a los grupos, que ya le advertimos de que detrás de su plan de reestructuración del sistema financiero se escondían los mecanismos para salvar con dinero público a la banca. Estamos visualizando una gran estafa: socializar las pérdidas y privatizar las ganancias. El sistema financiero sufre la resaca de los ingentes beneficios disfrutados durante la burbuja inmobiliaria y ahora tienen que compensar las pérdidas”, ha declarado el diputado por Málaga. Izquierda Unida exige que, si no hay más remedio que inyectar fondos del Estado, este reciba una “contraprestación”, la de tomar el control de la entidad vía la nacionalización.
Garzón ha condenado el “encaprichamiento” del Ejecutivo del Partido Popular (y antes, del socialdemócrata José Luis Rodríguez Zapatero) con los “planes de rescates bancarios”, cuando la federación apuesta por “rescates ciudadanos”. El parlamentario también ha advertido de que salvar a la banca es la “excusa perfecta” para “desmantelar el Estado del bienestar”.
Juanma Romero / Público / LibreRed.Net
No es una nacionalización, es una estafa
Lo que pedimos los partidarios de la nacionalización de las cajas y de cuantos bancos reciban dinero público es la creación de una banca pública. Ello no significa simplemente una banca cuyo propietario sea el Estado sino que la propiedad del Estado (u otras formas de propiedad que se pudieran imaginar) haga de las entidades instrumentos al servicio del común de la ciudadanía y controlados democráticamente. Bankia tiene un parque de viviendas vacías monumental (basta con entrar en cualquiera de sus oficinas y ver el catálogo inmobiliario que se nos ofrece), ¿las sacará a alquiler a precios baratos ahora que el accionista de control es el Estado? Sería una fuente de ingresos de lo que ahora es improductivo y además se daría cumplimiento efectivo al derecho a la vivienda recogido en la sagrada (y moribunda) Constitución. Bankia expulsaba de sus casas a quienes no podían pagar las hipotecas, ¿comenzará ahora a ser una banca al servicio de la ciudadanía apostando por moratorias o por llegar a acuerdos con los hipotecados pobres en vez de destrozarles la vida? No parece. ¿Nos enteraremos de algo los ciudadanos sobre qué se hará en Bankia? ¿Rendirán cuentas sus gestores ante el Parlamento? Perdamos toda esperanza.
Bankia ha caído como está cayendo el país: porque quienes apostaron por un modelo de enriquecimiento especulativo acelerado están ahora a navajazo limpio por hacerse con la herencia del muerto, que es el país. En el caso de Bankia se trata de una guerra civil en el interior de la mafia político-financiera que nos gobierna.
Ayer hablaba con mi amigo Jorge Caplan, que sobre estas cosas tiene muy buena información. “El gobierno primero quería la fusión con La Caixa, pero Rato se negó. Después quiso entregar Bankia al BBVA pero eso desató la ira del Santander que. lógicamente, quería una parte del pastel. El agujero de Bankia es gigantesco y hará falta 30.000 millones de euros. El Estado no tiene 30.000 millones de euros ni siquiera en el Fondo de Garantía de Depósitos pues lo ha vaciado en un 80% así que sólo había dos alternativas. La primera es suicida: pedir el rescate de España. La que va a hacer el Estado interviniendo es canalizar esos 30.000 millones, que los pondrán los bancos privados con la garantía de que a medio plazo se despedaza Bankia y, del mismo modo que el Estado ha convertido el dinero que “prestó” a Bankia en acciones, los bancos que rescaten Bankia se acabarán quedando un pedazo cuando la hayamos saneado“.
Es decir, el Gobierno no estaría actuando como instrumento de los intereses públicos sino como árbitro entre las familias financieras y como el supuestamente justo rey Salomón les ofrece partir el niño en cachos. Lo que ocurre es que no hay una madre aterrada por el despiece sino que están todas encantadas.
Además de prescindir por completo de los intereses de la ciudadanía, el Gobierno abre un camino que puede no ser más que continuar la caída de fichas de dominó: para salvar Bancaja (la banca del ladrillo valenciano) se la endosaron a Cajamadrid, lo que en vez de salvar Bancaja ha arrastrado a las dos juntas. Ahora, para salvar a las dos juntas se las repartirán el Santander y el BBVA entre otros. ¿Por qué esta vez sí va a salir bien lo que hasta ahora ha salido tan mal? ¿Acaso porque no se va a repartir todo el pastel sino sólo la parte sana? Eso parece indicar el hecho de que lo que el Estado se quede sea el banco malo, el BFA, y sea a través de éste como controle Bankia. El Estado se queda lo tóxico y canaliza el reparto del rico pastel entre las mafias financieras. Un chollo.
No es una nacionalización, es una estafa. Una de las mayores estafas dentro de esto que también es una inmensa estafa, no sólo una crisis. Lo único bueno de esta estafa es que da ánimos para inundar las calles de indignación y protesta este sábado, 12-M. Si no reventamos las calles es que no nos corre sangre por las venas.
Un blog gratis total
En el marco de la movilización del 12-15M, los grupos que vienen trabajando el derecho a la vivienda digna estarán en la Plaza de Ópera el 13 y 14 de mayo.
Domingo 13: Plaza de Ópera
12.00-14.00: Charlas sobre el derecho a la ciudad
17.00-19.00: Constitución de la Asamblea por el derecho a la vivienda de Madrid
Lunes 14
8.00: Boikot a Bankia; Plaza Celenque (sede central de Bankia)
17.00: Talleres prácticos en Ópera
Propuestas para el señalamiento de Bankia:
- Si tienes una hipoteca que ya no puedes pagar, trae tu solicitud de dación en pago o de condonación de la deuda y la petición de alquiler social. Te puedes descargar estos documentos en la web de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
- Si eres cliente de Bankia, cierra tu cuenta o anuncia que la cerrarás si no cambian su política de desahucios. Puedes rellenar esta queja.
- Si no te hipotecaste o ya has cerrado tu cuenta, puedes pedir explicaciones sobre el fraude del euríbor. Puedes descargarte el modelo de queja sobre el cálculo del Euribor aquí.
¡Derecho a una vivienda digana!
¡Sí se puede!
El agujero de Bankia en cinco cifras que se entienden
Ignacio Escolar
9 de mayo de 2012
7.000 millones de euros. Es lo que el Gobierno calcula que tendrá que prestar a Bankia para empezar a hablar. No está claro si hará falta más dinero y tampoco que vayamos a cobrar. Tampoco es el primer cheque: el Estado ya había prestado antes otros 4.465 millones, hace dos años. En total, son 11.465 millones: más que todo el hachazo en educación y sanidad (10.000 millones), casi seis veces más que los recortes en Ciencia e I+D (2.000 millones), tres veces lo que se ahorró con la bajada de sueldos de los funcionarios (4.000 millones) o más de siete veces lo que se recortó al congelar las pensiones (1.500 millones).
12.992 millones de euros. Es lo que se supone que valía Bankia según su propia contabilidad, su valor en libros hace algo menos de un año. Para la salida a bolsa, el 20 de julio de 2011, se ofreció un descuento del 60% sobre esta cantidad para motivar a inversores a entrar en este pastel. Ni aún así: desde que cotiza, el valor de Bankia (el de la bolsa, no el de los libros) se ha reducido un 38% más.
4.600 millones de euros. Es lo que hoy vale Bankia, según su capitalización bursátil de ayer. Es decir: los mercados valoran a esta entidad financiera en un tercio de lo que el Estado tendrá que poner para reflotarla a ella y a su matriz, el BFA, que es una especie de banco malo donde el genio financiero de Rodrigo Rato dejó toda la basura del ladrillo para ver si así podía aguantar. Es obvio que el dinero público prestado difícilmente va a volver.
2,34 millones de euros. Es lo que cobró Rodrigo Rato el año pasado (más el variable) por su excelente gestión. Equivale a 260 salarios mínimos interprofesionales. Es decir, un trabajador que cobre el SMI tardaría dos siglos y seis décadas en ganar lo que Rato se levantó en 2011.
1,2 millones de euros. Es la indemnización máxima a la que tiene derecho Rodrigo Rato por su amable dimisión. En realidad, poco dinero: su sustituto como presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se llevó 68,7 millones de euros tras jubilarse con 55 años del BBVA. Para que un empleado con el SMI pudiese cobrar una cantidad así, necesitaría 7.600 años de trabajo.
Ignacio Escolar
Escolar.net, 08/05/2012.
Parece que fue de ayer mismo pero la historia se remonta a 2010. Una historia que, como tantas otras, refleja los distintos planteamientos de la izquierda transformadora, cuyo objetivo es la superación del capitalismo y la construcción de una sociedad más justa y solidaria, y de la seudoizquierda reformista cuya vocación no es otra que gestionar el capitalismo.

Prácticamente, las propuestas de las dos fuerzas políticas se lanzaban simultáneamente a la sociedad española. De un lado, IU presentaba en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que se proponía la nacionalización de todas las Cajas de Ahorro y la creación de una potente banca pública, que permitiera la fluidez de los créditos a familias y pymes y evitara la caída en el abismo en que se encuentra la economía de nuestro país. Privatizado por Aznar, en la década de los noventa, el grupo “Argentaria”, IU proponía la creación de un nuevo polo de banca pública a partir de las cajas, cuyas señas de identidad se correspondían con una aceptable función social – muy desdibujada en los últimos tiempos – y que antaño habían gozado de una sólida cuenta de resultados, desde hace años depauperada por una desastrosa fascinación por el espejismo inmobiliario.
De otro, el Gobierno del PSOE, presidido por Rodríguez Zapatero, diseñaba la reorganización del sector de Cajas de Ahorro mediante un plan hecho a medida de los intereses de la gran banca española y, a través del cual, las “clonaba” en bancos; naturalmente, en bancos privados. Bendecido por la cúpula de la banca privada, con Emilio Botín fundido en un auténtico “abrazo del oso” con Rodríguez Zapatero, el plan constituía una manifestación más de su “abducción” complaciente por el neoliberalismo, en cuyo marco conceptual y práctico inscribiría después su política de congelaciones salariales y recortes sociales.
La entonces vicepresidenta del Gobierno socialista, Elena Salgado, lo anunciaba con total desparpajo: “las cajas tendrán que convertirse en bancos… o ser nacionalizadas”. Un recordatorio para nuestros lectores: con el mismo desparpajo y sin sombra alguna de vacilación ética, pocos meses después de dejar de ser vicepresidenta, por “imperativo electoral”, Elena Salgado aceptaba el cargo de consejera de la concesionaria Abertis y de la eléctrica Endesa, la potente compañía del INI gestionada durante muchos años con rigor por el mallorquín Feliciano Fuster y vendida a una empresa pública italiana por Aznar, que también ostenta un puesto en su Consejo de Administración.
“Bankia” nació en el marco del Real Decreto 9/2009 o “ley del FROB”, concebido para impulsar la concentración de las cajas de ahorro y su conversión en bancos y su gestación se desarrolló en un complejo y alambicado proceso jurídico legal de concentración primero y segregación después de activos y pasivos. Comenzó en junio de 2010 con la aprobación del protocolo de integración en el llamado “Sistema Institucional de Protección” (SIP) de dos cajas de gran tamaño, Caja Madrid y Bancaja, y otras cinco de menor posicionamiento: La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja de La Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia. Meses después, en noviembre de ese mismo año, se constituyó el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), al que, en enero de 2011, las cajas transfirieron sus activos y pasivos.
Y en abril de 2011, el BFA segregó, aguas abajo, a su marca “Bankia” los activos bancarios y financieros recibidos de las cajas. Todos menos los inmobiliarios, que quedaron en el BFA, que, desde entonces, operó como sociedad matriz de “Bankia”, y que estuvo caracterizado ya, desde su misma constitución, como un “banco malo” que tendría el triste privilegio de liderar la lista de entidades financieras españolas más expuestas al sector del ladrillo.
Y al frente de esta nueva sociedad, se colocó a Rodrigo Rato, el supuesto superhéroe de la política económica de José María Aznar que, en su etapa de vicepresidente del Gobierno, no hizo otra cosa que sacar provecho del ciclo al alza de la economía española; una cresta de la ola alcista que dejaba atrás la crisis que, en los noventa, golpeó de lleno a nuestros indicadores macroeconómicos y a la última etapa del Gobierno de Felipe González, fuertemente “touché”, además, por los casos de corrupción, el “caso Roldán”, a la cabeza de todos ellos, y por los procesos judiciales originados por el ejercicio de una macabra política de “terrorismo de Estado” a través de los GAL…
En el momento de su constitución, la cúspide de “Bankia” alardeó de contar con unos activos totales de 272.000 millones de euros, un valor patrimonial de 12.000 millones y un volumen de negocio que superaba los 485.900 millones de euros. Se había situado como primer grupo financiero español por negocio doméstico, es decir, por obtener sus ingresos en España, y el cuarto en el “ranking” por valor en bolsa, con una capitalización de unos 4.300 millones de euros. Armado con estos atributos empresariales, iba a ser el paradigma del plan zapaterista concebido para las cajas de ahorro.
Pero desde el comienzo, necesitó las muletas de los fondos públicos para echarse a andar. En 2010, el BFA, recibió ya unas ayudas públicas aprobadas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero de 4.465 millones de euros. Con ese antecedente del Gobierno socialista, el PP no ha tenido más que seguir sus huellas para continuar, con prisa pero sin pausa, la puesta en marcha de toda una amplia batería de recetas del neoliberalismo del más rancio estilo. De ahí se deriva que, ahora, el Gobierno de Rajoy pretenda hacer una nueva inyección de fondos públicos por una cuantía que oscila entre los 7.000 y los 10.000 millones de euros, “para cubrir su riesgo inmobiliario”. Lo realizará, tras decidirlo, probablemente, este próximo “viernes negro”, a través del FROB, el “Fondo de Reestructuración Ordenada”. BFA y la misma Bankia recibirán tales fondos en forma de crédito con una tasa de interés anual situada en el 8%. Y los principales analistas consideran con realismo que tales fondos e intereses resultarán de imposible devolución y pago.
Porque, Zapatero y Rajoy proponen…y la realidad dispone. El andamiaje de la operación se está viniendo abajo. Desde que sus acciones saltaron al “parqué” hace tan sólo diez meses, “Bankia” ha perdido un 36% de su valor, exactamente, 1.400 millones de euros. La razón se encuentra en la vulnerabilidad de su balance. El invento de Zapatero y Rajoy es propietario de la quinta parte de los activos inmobiliarios, por valor de 31.798 millones de euros, el 17,2% del total del sector financiero español, que totaliza los 184.000 millones de euros.

José Ignacio Goirigolzarri, señalado por Rato como su sucesor, cobra una pensión vitalicia de 3 millones de euros por su pasado en el BBVA
Una imagen de archivo de Goirigolzarri durante una rueda de prensa en Madrid.REUTERS
El sistema financiero anda escaso de efectivo. Bankia necesitará un plan de viabilidad plan de saneamiento que incluirá ayudas públicas que podrían alcanzar los 10.000 millones de euros. Los inversores y pequeños ahorradores de la antigua caja de ahorros temen por su dinero. Este problema, sin embargo, no azota al elegido por Rodrigo Rato para sucederle al frente de Bankia. José Ignacio Goirigolzarri cobra una pensión anual vitalicia de 3,02 millones de euros brutos por su pasado como consejero delegado del banco BBVA.
El previsible nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, no es un desconocido en el sistema financiero español. Goirigolzarri, de 58 años, trabajó durante 30 años en el banco BBVA hasta que en 2009 decidió prejubilarse cansado de estar a la sombra de Francisco González, presidente de la entidad. Ahora, regresará a la primera línea tras ser señalado por Rato como "la persona más adecuada para liderar este proyecto en estos momentos".
La pensión anual vitalicia que desde entonces recibe Goirigolzarri asciende hasta 3,02 millones de euros brutos. Esta cifra corresponde a la suma del salario fijo del ex consejero delegado de BBVA en 2008, 1,43 millones, más la mitad de la retribución variable obtenido durante dicho años, 1,59 millones. Es decir, más de tres millones de euros.
Para tal efecto, el banco tiene dotadas unas provisiones de 52,5 millones para realizar estos pagos. Pero Goirigolzarri no cobrará esa cuantía de una vez, como en su momento hizo Ángel Corcóstegui cuando abandonó Banco Santander, sino que irá cobrando una pensión cada año.
La paga vitalicia de Goirigolzarri no pasó desapercibida. Tan sólo un día después de que se anunciara su decisión de abandonar el banco BBVA los políticos cargaron duramente. El actual ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, reconoció en 2009 que este hecho le parecía "fatal" y "especialmente llamativo" en estos tiempos de crisis, en los que se producen tantos despidos y en los que hay muchas personas que atraviesan "dificultades económicas".
Mucho más dura fue la crítica de UPyD. Su líder, Rosa Díez, tachó la medida del BBVA de "obscena" y añadió que ese tipo de comportamientos son "todo lo contrario" a cualquier tipo de pedagogía democrática y de ejemplo para otros empresarios y para los ciudadanos. El diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, calificó la pensión como un “escándalo internacional”.
El expresidente de Cantabria, Miguel Ángel revilla, calificó de “pornografía” la pensión asignada al ex consejero delegado del BBVA. “Esto es pornografía, a mi me parece pornográfico. No hay nadie que valga eso, ni Einsten el que descubrió la penicilina, Fleming”, censuró.
Al rescate del sistema financiero
El PP ya duda de que los bancos vayan a devolver las ayudas
El decreto ley que detalla las medidas enunciadas el viernes incluye esta posibilidad. El Gobierno español afirma que se plantearía nacionalizar a quienes no le devuelvan el dinero en el plazo límite de cinco años

GARA | MADRID
El Estado español afirma que nacionalizará las entidades bancarias que no devuelvan las ayudas antes de cinco años. Así lo recoge el decreto ley que publicaba ayer el BOE y en el que se exige a la banca un saneamiento de 30.000 millones para cumplir los nuevos requerimientos de provisiones inmobiliarias para su crédito «no problemático» aprobados el viernes en la nueva reforma financiera del Gobierno de Rajoy.
Se afirma que se nacionalizarán los bancos que no devuelvan en un plazo de cinco años y con un interés del 10% las ayudas articuladas a través de bonos convertibles, los conocidos como «cocos», destinadas a «limpiar» sus balances de activos inmobiliarios. Transcurrido este plazo, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), a través del que el Estado suscribe los «cocos», dispondrá de un máximo de seis meses para ejecutar lo que en la práctica supondría la nacionalización de la entidad. De momento, lo que muestra todo ello es que el Gobierno español no tiene nada claro que los bancos saneados con su ayuda vayan a reintegrar las cantidades.
De todas formas, la norma faculta al Banco de España a proceder a la conversión de acciones con anterioridad a esos cinco años si considera «improbable» que un determinado banco pueda afrontar el pago de esta ayuda.
Si la entidad incumple con la devolución de la ayuda, el organismo regulador podrá además sustituir de forma provisional los órganos de administración o dirección, lo que de facto acabaría suponiendo su intervención.
La reforma financiera obligará a la banca a realizar dotaciones millonarias, especialmente a las entidades más pequeñas, que deberán pedir ayudas públicas para evitar un fuerte deterioro de su solvencia. Afirman que Bankia será la entidad que sufrirá mayor impacto,. Las que están en proceso de fusión tendrán un calendario más laxo.