Gobiernos de la región respaldan propuesta argentina de expropiar YPF
Los Gobiernos de Brasil, Uruguay, Venezuela y Bolivia respaldaron la decisión "soberana" de Argentina de proponer la expropiación del 51 % de las acciones de la española Repsol en la petrolera YPF. El Gobierno de México lamentó la medida.![]() | ||||||
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, saludó la decisión de Cristina Fernández de "recuperar sus recursos naturales como los hidrocarburos". En ese sentido, pidió un aplauso para la Mandataria durante un acto público en la ciudad de Cobija. Por su parte, el presidente uruguayo, José Mujica, expresó su "solidaridad" con la decisión del Gobierno argentino. Señaló que la medida "está en el marco de su soberanía". En el mismo sentido se expresó el canciller venezolano Nicolás Maduro, quien llamó a "acompañar a Argentina en el ejercicio de sus derechos soberanos". Por otro lado, el ministro de Minas y Energía brasileño, Edison Lobao, afirmó que "cada país tiene su soberanía y tiene derecho a tomar sus decisiones como mejor lo entiendan". Una postura distinta tuvo el Jefe de Estado de México, Felipe Calderón, quien catalogó como "muy lamentable que el Gobierno de Argentina haya tomado una medida que no le va a hacer bien a nadie". Fue durante el Foro Económico Mundial para América Latina, donde compartió la jornada con el primer ministro español, Mariano Rajoy. Mientras tanto, este miércoles continuaba en el Senado argentino el tratamiento del proyecto oficial de expropiar 51 % de las acciones de YPF en manos de la empresa privada española Repsol. Durante la tarde del martes, el Ejecutivo argentino defendió su propuesta ante senadores de ese país. Allí enumeró los motivos de la decisión. Entre ellos, mencionaron la caída de la producción de la empresa, la falta de inversiones, el manejo de las ganancias y la falta de acompañamiento de la compañía a los intereses nacionales de Argentina.(PÚLSAR) Audios disponibles: Nicolás Maduro, canciller venezolano.
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España no es Repsol, ni Repsol España
(Un artículo de Purificación González de la Blanca, del colectivo "Ojos para la paz").-
Asistimos atónitos durante los últimos días a una cascada de acusaciones del gobierno español contra el argentino, por su decisión de someter a estudio la posibilidad de transformar a YPF, la sección argentina de la petrolera (oficialmente hispano-argentina, pero ahora veremos lo de “hispano”) en una empresa mixta con participación pública.
YPF, la petrolera argentina que fuera mascarón de proa de ese país, fue adquirida por REPSOL en sucesivos procesos privatizadores iniciados en 1998 por 2.000 millones de dólares como primera partida hasta llegar a los 17.000 millones de dólares. De acuerdo con las informaciones publicadas en distintos medios, si se evalúan las situaciones de Repsol y de YPF antes y después de la compra, se puede comprobar que la petrolera española ha usado a YPF para el trabajo duro y costoso, reservándose para sí el beneficio del esfuerzo. El objetivo de REPSOL sobre YPF ha sido aprovechar su potencial, o sea las reservar comprobadas, sin invertir en ese segmento y exportando todo lo posible de esa producción. Por otra parte los problemas de contaminación que ha venido provocando esta empresa en sus explotaciones de la Patagonia, son más que destacables, y han dado lugar incluso a desplazamientos de población indígena, en actos de protesta masivos, hasta Buenos Aires, con cestos cargados de alquitrán, para pedir la intercesión del gobierno central argentino contra REPSOL.
Ahora, el Gobierno español se rasga las vestiduras y pone el grito en el cielo, ante la decisión del argentino de someter a estudio la posibilidad de transformar YPF en una empresa mixta y ha comenzado a lanzar amenazas de todo tipo contra un país soberano. Así, el ministro de Asuntos Exteriores ha advertido que la medida sería "una agresión a España" y ha pedido por vía diplomática una solución dialogada. Además, ha recabado "el apoyo" de los aliados de la UE, del G-20 y hasta del Gobierno de los EE.UU. Bochornoso.
La tensión ha ido en ascenso la amenaza ya va por la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales.
Es ridículo. No estamos en la época de las colonias y Argentina es un país soberano, que antes se autoabastecía de su petróleo y ahora no. Y quiere garantizar su futuro. Y REPSOL es una multinacional presente en muchos países que es propiedad en más de un 50% de capital extranjero, es decir, de otras empresas y fondos de inversión de fuera de España. También es una multinacional que en su crecimiento no ha distribuido con equidad y en el seno de la empresa los beneficios obtenidos, ni en épocas de bonanza ni en épocas de crisis. Y que opera en paraísos fiscales a través de dos vías. En primer lugar porque su propia actividad productiva se realiza en territorio geográfico considerado paraíso fiscal y en segundo lugar porque probablemente sus operaciones financieras se realicen allí aprovechando lo anterior.*
¿Por qué esta rabieta del Gobierno? El Gobierno del PSOE, al dictado de EE.UU., se apuntó a los bombardeos y destrucción de Libia, en contra de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad (que no autorizaba la destrucción de ese país ni un golpe de estado contra su legítimo gobierno) y en contra –en este caso sí- de los intereses españoles (de empresas petrolíferas, constructoras, pesqueras, de viveros y repoblaciones forestales…), porque eran muy numerosas y diversificadas las empresas españolas que operaban en Libia. Se perdieron por tanto, aparte de miles de puestos de trabajo, también las concesiones petrolíferas que Libia tenía con España. Más tarde, y al mismo dictado de los interés norteamericanos, sin irle ni venirle, España se ha apuntado al bloqueo de Irán. Es lógico que Irán corte con las concesiones petrolíferas a España, que ha anunciado a partir de junio. Ahora, cuando ven asomar las orejas al lobo, de la carestía de petróleo, se permiten llamar a capítulo a un país soberano que está en su derecho de pretender, con su petróleo, garantizar el autoabastecimiento de su país. Y es que dos terceras partes de la producción de petróleo de Repsol proceden de Argentina (57.4% de acciones de YFP)
REPSOL utiliza paraísos fiscales para evadir y eludir impuestos, amén de beneficiarse de las rebajas fiscales y de las deducciones (todo en un marco de competencia fiscal). La propia entidad trata de justificarse en su web. La existencia de paraísos fiscales merma la capacidad recaudatoria de los Estados -deteriorando y destruyendo los servicios públicos-, genera inestabilidad financiera y amenaza la democracia.*
Es lamentable también que el gobierno de España trate de hacernos creer que REPSOL es España, poniendo a su disposición todo un despliegue de medios: embajadas, ministerios, el gobierno en pleno, gestiones ante la U.E. y hasta con el primo de zumosol, mientras miles de pequeñas empresas, que esas si son España, se ven abocadas a la quiebra sin ayuda alguna.
Que REPSOL no es España, baste ver su web: más de la mitad de la empresa es propiedad de capital extranjero. La composición fundamental es la siguiente:
9’49% de PEMEX, empresa mexicana.
12’83% de CaixaBank
10’01% de Sacyr
42’00% de fondos de inversión extranjeros
9’90% de fondos de inversión españoles
10’80% de inversores minoritarios españoles
Pues eso, ni es española técnicamente (no es mayoría el capital español), ni beneficia de forma neta a los españoles y a sus trabajadores, ni es una empresa modelo en modo alguno. Más al contrario, su papel es tan agresivo como el que más por su uso de paraísos fiscales y otras cuestiones laborales.
Así las cosas, tenemos un gobierno que defiende a los intereses del capital extranjero y de algo del capital privado, que son bancos y grandes empresas fundamentalmente*
¿Se estará planteando el gobierno español, tan beligerante siempre –sea PSOE sea PP- invadir Argentina, junto con esa cuadrilla de asaltantes autodenominada “Comunidad Internacional”, como hicieran con Iraq y Libia y como pretenden hacer con Siria e Irán
Cosas peores veremos, amigo Sancho.
15.04.2012
Purificación González de la Blanca
Ojos para la Paz
*Fuente: Alberto Garzón (Kaos en la Red)
Visión Siete: Financial Times: Repsol negociaba la venta de YPF a espaldas de la Argentina
José Castillo (economista, profesor de la UBA y dirigente nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda), ante el anuncio oficial de intervenir YPF y enviar un proyecto de ley para comprar el 51% de las acciones, señaló:
"Se trata de una medida insuficiente. YPF deber ser 100% estatal, no solo el 51%. Después de tanto saqueo, muchos trabajadores y sectores populares pueden ver con simpatía la medida del gobierno, y creer que es en "defensa de la soberanía nacional". Pero la realidad es otra. La presidenta denunció a Repsol por las ganancias que se llevó, pero se olvidó decir que ha sido este gobierno el responsable de que esa multinacional saqueara todo nuestro petróleo y gas.
Los desafíos de la nueva YPF
Buenos Aires, 18-4-2012
Durante una década REPSOL lideró el vaciamiento de pozos, reservas e instalaciones pre-existentes. Extrajo lo máximo posible sin invertir y expatrió ganancias en forma escandalosa. Esta conducta no irritó a ninguno de los críticos neoliberales de la expropiación en curso. Ahora cuestionan la "violación orden jurídico", olvidando el total incumplimiento de los contratos por parte de la firma. Esta doble vara es congruente con su habitual aprobación de los atropellos contra los derechos de los asalariados o jubilados. Nunca extienden a estos sectores los principios de la seguridad jurídica.
FALACIAS NEOLIBERALES
Los derechistas están recreando los fantasmas del 2001-2005 y repiten los mismos argumentos que difundieron luego del default. Advierten contra las terribles consecuencias de "aislarse del mundo", omitiendo su récord de pronósticos fallidos.
Algunos exculpan a REPSOL afirmando que sufrió un castigo de precios desfavorables. Pero silencian los sucesivos ajustes de los últimos años, la autorización para liquidar divisas en el exterior y el permiso para exportar a costa del auto-abastecimiento. Las objetadas retenciones móviles a las ventas externas fueron una tenue compensación del terrible drenaje que sufrió el país. Tampoco recuerdan que la falta de inversiones se remonta a los años 90, cuando el combustible era muy caro en dólares.
Los voceros locales de REPSOL afirman que la expropiación ahuyentará las inversiones, que se necesitan para recomponer la producción. Pero el desarrollo petrolero de Argentina nunca provino de los capitales foráneos. Fue un resultado de la propiedad estatal del crudo y del equilibrio entre exploración y explotación de pozos, que se logró mediante un sistema integrado de extracción, refinación y comercialización. Este régimen fue demolido con la privatización y debería ser recompuesto para reconstruir el abastecimiento.
Cualquier paso en esa dirección es visto por la derecha como una expresión de "populismo, caja o demagogia nacionalista". Pero con su sostén de la privatización ya demostraron cómo conciben el ideal opuesto de conductas republicanas, maduras y responsables.
Los defensores más descarados de REPSOL alertan contra el inminente conflicto entre argentinos y españoles que suscitará la expropiación, como si la firma afectada fuera la representación del pueblo ibérico. En realidad es una empresa privada de dudosa propiedad hispana, puesto que el grueso de su capital se encuentra distribuido en varios centros financieros del mundo. Como se especializa, además, en localizar sociedades en paraísos fiscales, potencia la evasión impositiva que ha deteriorado las finanzas españolas, precipitando el brutal ajuste que padece ese país.
REPSOL es naturalmente defendida por una monarquía y un gobierno reaccionario, que continúan desplegando soberbia neo-colonial con creciente despiste. La repetición local de esa diatriba es particularmente chocante. Como la firma recurrirá a sus aliados de Europa y el G 20 para generar un conflicto jurídico internacional, es imperioso que Argentina se retire del CIADI. Ese tribunal ya tiene preparado un fallo a favor de la petrolera.
¿EMPRESA MIXTA O ESTATAL?
Los principales problemas de la nueva YPF no se ubican en el flanco externo. Es evidente que el gobierno decidió la expropiación por necesidad y no por convicción. Estaba acuciado por la caída de la producción y la consiguiente obligación de financiar importaciones con los pocos recursos que tiene la Tesorería. Presionado por esas circunstancias introdujo un giro de 180 grados en su idilio previo con la empresa afectada. Negoció sin resultados un compromiso de mayor inversión y finalmente optó por el choque con sus viejos socios. La expropiación no forma parte de una estrategia prevista, ni obedece al gran caudal de votos logrado en los últimos comicios.
La reconstrucción de YPF se encuentra ahora en manos de quienes participaron en su destrucción. Gran parte de la elite actual de funcionarios protagonizó el desguace menemista de la empresa y el remate de sus acciones. Su responsabilidad en el descalabro energético de los últimos ocho años es inocultable. De Vido es la antítesis de Mosconi. Por su despacho pasaron todas las autorizaciones requeridas para convalidar el aniquilamiento de YPF.
La iniciativa de expropiación es positiva, pero sus reales efectos dependerán de las próximas medidas. Una decisión clave se juega en el manejo de la indemnización. No se puede pagar por lo que es nuestro, ni premiar con mayores fondos a quienes descapitalizaron la empresa. Todavía hay que averiguar cuáles fueron las ganancias reales que acumuló REPSOL con la distribución de utilidades a costa de los activos energéticos y con la expansión internacional de la compañía, utilizando los recursos del subsuelo nacional.
Antes de hablar de cualquier valuación de la empresa (por cotización bursátil, contable o patrimonial) hay ver los resultados de una auditoría, que esclarezca el estado de los pozos y de los daños ambientales. Si se utilizan los fondos del ANSES, las reservas del Banco Central o la emisión de nueva deuda para pagarle a REPSOL, se repetirá la vieja historia de un estado bobo que se hace cargo de las pérdidas ocasionadas por ex concesionarios.
La necesidad de un largo proceso de inversión no es compatible con los idealizados esquemas de compañías mixtas, que ya fueron ensayados en la primera etapa de privatización de YPF. Un test próximo de los problemas que enfrenta este modelo, saldrá a flote cuando deba resolverse la situación del grupo Eskenazi. Esta familia quedó como socia minoritaria de la nueva YPF, luego de haber perpetrado un fraude superior a las tropelías cometidas por REPSOL. Compró su participación sin poner un solo peso, recurriendo a un crédito a pagar con la distribución de utilidades. Su permanencia está en duda, desde el momento que deberá cancelar ese préstamo con su propio dinero. Si se concreta su deserción: ¿Quién se hará cargo de ese paquete? ¿El estado mediante pérdidas adicionales? ¿O habrá una transferencia a otros "capitalistas amigos" (Bulgheroni, Cristóbal López, Lázaro Báez, Eurekian), que ya se quedaron con varias áreas sin realizar ninguna inversión?
El peligro de la sociedad mixta no radica sólo en esos favoritismos. La fuerte presencia del capital privado dentro de la compañía exige operar con criterios de rentabilidad inmediata, que obstruyen la prioridad inversora. Este modelo induce, además, al aumento de los precios en boca de pozo por la presión por lograr mayores utilidades, generando un encarecimiento adicional del combustible.
GESTION, LEGISLACIÓN Y PROPIEDAD
El gobierno promete una administración profesional de la nueva YPF. Pero esta meta exige no sólo conocimientos técnicos, sino también gran independencia del lobby petrolero. Si las firmas privadas participan del directorio, aumentará el peligro de repetir los vicios del pasado (endeudamiento indebido de la compañía) o incurrir en nuevos desaciertos (uso de los recursos para financiar el bache de importaciones). Es evidente la trascendencia de definir cómo se administrará la compañía y ENARSA brinda un mal antecedente inmediato. Resulta imprescindible dotar a YPF de un genuino control social, popular y de los trabajadores.
Pero el mayor problema radica en lo que sucederá con el 70% de la actividad petrolera que actualmente se desarrolla fuera de YPF. El gobierno no ha definido qué tipo de modificaciones se introducirán, en un sector regido por principios neoliberales de libre disponibilidad del crudo por parte de los concesionarios.
La revisión de los contratos suscriptos con esas normas recién ha comenzado y en su gran mayoría afectó a pozos marginales. El proyecto de ley en curso no aclara qué ocurrirá con el marco legal que habilitó la atomización del sector y la proliferación de una gran variedad de gravosos convenios. Aquí se impone la inmediata recuperación de la atribución del estado para controlar toda la comercialización interna y externa, fijando las condiciones y los precios de extracción y procesamiento.
La propiedad provincial del subsuelo constituye otro impedimento para alcanzar esa meta. Mantiene el poder discrecional de los gobernadores para manejar un recurso de toda la nación. El compromiso de sindicatura común que se ha establecido con las provincias para el manejo de YPF, no se extiende al resto del sector y sólo pospone la necesidad de reintroducir la propiedad nacional. Marginar a las provincias no petroleras de la nueva conducción de YPF no contribuye a esa recomposición.
Con la expropiación se abre un nuevo capítulo de historia petrolera. Hay condiciones nacionales e internacionales muy favorables para reconstruir nuestro cimiento energético, avanzando hacia una empresa totalmente pública. Sólo este esquema permitirá equilibrar los costos de extracción con los precios requeridos para el desarrollo industrial. Este manejo es indispensable para diversificar la matriz energética, reducir la dependencia de los hidrocarburos y evitar un mayor deterioro del medio ambiente.
El logro de estos objetivos exige afectar los intereses capitalistas que hasta ahora protegió el gobierno y adoptar una actitud soberana frente a las presiones externas. La movilización popular con banderas propias es el gran instrumento para esta acción.
* Profesor de UBA-CONICET y miembro de EDI (Economistas de Izquierda).
[1] Profesor de UBA-CONICET y miembro de EDI (Economistas de Izquierda).
Repsol hace el ridículo en su rueda de prensa y dice que los recursos naturales pueden corresponder a quien los descubre y no a los pueblos soberanos donde se ubican
por Kaos. Laboral y economía Martes, 17 de Abril de 2012
Agencias/Kaosenlared
En una presentación de actividad de YPF, Repsol calcula que el valor de YPF es de 18.300 millones de dólares (unos 14.000 millones de euros), o de 46,55 dólares por acción, mientras que el de la participación del 57% de la española en la argentina asciende a 10.500 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros). "Todos los Estados tiene derecho a expropiar, pero a pagar también el precio justo", afirmó Brufau.
El presidente de Repsol, Antoni Bufrau, lo ha dejado claro: "en Vaca Muerta es donde está el origen de nuestros problemas". Se trata de un yacimiento gigante de hidrocarburos no comvencionales descubierto el año pasado en el suroeste de Argentina por YPF.
Bufrau apunta que Vaca Muerta "marca un antes y un después" y que aporta 13.700 millones de dólares de valor añadido a la empresa. Este diamante en bruto es la clave de la intervención de la petrolera y la expropiación de YPF.
Tras el anuncio de un descubrimiento que calificó como el mayor de petróleo de su historia, Repsol explicó que los 927 millones de barriles equivalentes técnicamente recuperables hallados en Vaca Muerta representan un volumen similar a las reservas probadas de YPF.
Para Argentina, su potencial constituye una verdadera tabla de salvación ante la caída en la producción y las reservas y un déficit creciente en la balanza energética, que el año pasado ascendió a 3.000 millones de dólares.
La auditora Ryder Scott calcula que los recursos y las reservas en Vaca Muerta, en un área ya estudiada de unos 8.071 kilómetros cuadrados, ascienden a 22.807 millones de barriles equivalentes. Pero su potencial es mayor porque se extiende sobre una superficie total de 30.000 kilómetros cuadrados, de la que YPF tiene derechos sobre unos 12.000 kilómetros cuadrados.
Según estimaciones del sector, si resultara exitosa la exploración en la extensión total de Vaca Muerta, en 10 años Argentina podría duplicar la capacidad de producción de hidrocarburos, con un esfuerzo inversor de 25.000 millones de dólares por año.
YPF tenía abiertas negociaciones con una quincena de grandes multinacionales del sector, entre ellas la estadounidense Exxon, sobre acuerdos de asociación para explotar no convencionales en Vaca Muerta.
Es obvio que este descubrimiento es de interés nacional para el desarrollo de la economía argentina, independientemente de quien lo haya hecho, y es, por sí mismo, razón suficiente para que el estado argentino expropie YPF y lo ponga al servicio de la economía argentina. Eso parece que hasta el señor Bufrau lo ha comprendido (no había que ser muy listo, claro), pero lo curioso del asunto ha venido cuando el Presidente de Repsol ha cuestionado los derechos que el estado argentino pueda tener sobre este yacimiento petrolero. Según Bufrau, que haya sido Repsol quien haya llevado a cabo el descubrimiento de tal yacimiento petrolero, pone en duda que el estado argentino pueda apoderarse del mismo y dejar a Repsol sin derechos de explotación sobre él. Es la nueva lógica imperialista: ya no hay estados, ya no hay leyes nacionales, ya no ha pueblos, ya no hay fronteras soberanas, ahora solo hay derecho de explotación. Si yo lo descubro, es mío, y si está en tu territorio, te aguantas y miras como me forro a costa de tus tierras. De ridículo total.
Por este motivo, Repsol exigirá en los tribunales un "resarcimiento por daños y perjuicios", y presentará demandas que van de lo contencioso administrativo a reclamaciones ante los mercados de valores y los tribunales internacionales de arbitraje. "Esta no es la Argentina querida, que merece más cosas", afirmó el presidente de la petrolera, quien consideró que "un país debe legislar a partir de la realidad, y no de lo que le gustaría ver". Brufau expresó además su "respeto" por "la sociedad y el pueblo" argentinos y dijo sentir "orgullo" por la forma en que Repsol YPF ha "unido culturas".
Brufau aseguró que la nacionalización "no va a quedar impune" y consideró además previsible que "otros accionistas" de YPF tomen medidas legales contra el Ejecutivo argentino y señaló que a partir de ahora la compañía española dispone de un "amplio abanico" de medidas jurídicas. "No está justificada la medida desde el punto de vista de la utilidad pública y resulta inadmisible tachar la política de YPF de cortoplacista y reductora de reservas", afirmó, antes de señalar que la motivación podría ser las "ganas de bronca" debido al origen español de Repsol.
Como se ve, que Argentina le haya quitado a Repsol lo que antes Repsol le había robado a Argentina, y más cuando ahora se conocer que Argentina es el tercer país en recursos no convencionales por explotar, no les ha sentado nada bien. Pues, qué vamos a decir, ajo y agua, que se dice en los pueblos del estado español...
Argentina interviene Repsol-YPF: la España imperial, su aparato de propaganda y la trompa del elefante |
Objetivo: Falsimedia |
Martes, 17 de Abril de 2012 |
Duración: 02:55 Basado en un texto de Atilio Borón en el blog La pupila insomne Participa en el debate sobre este video en You Tube e inserta tus comentarios
España, ¿cuál España? Atilio Borón* - La pupila insomne.- El entredicho entre el gobierno argentino y la empresa Repsol-YPF ha desencadenado una virulenta reacción de parte de funcionarios del gobierno ultraconservador español. Las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; de la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la del Secretario de Estado de España para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, revelan que a pesar del largo tiempo transcurrido estos funcionarios de la Corona todavía no se percataron del resultado de la batalla de Ayacucho que, en 1824, terminó de demoler los restos del imperio español en esta parte del mundo. Tanto su “puesta en escena” –rostros endurecidos de furia, frases altisonantes, dedo índice en ristre de García-Margallo- como el contenido amenazante de sus declaraciones, especialmente la del tal Méndez de Vigo diciendo que la Argentina se convertiría en un “apestado internacional” y sufriría “consecuencias malísimas” en caso de que se afectaran los intereses de Repsol-YPF son un oportuno recordatorio de que, lamentablemente, las peores tradiciones del colonialismo español siguen vivas y regurgitan cada vez que sienten que alguna de sus antiguas colonias se aparta del curso de acción fijado por la antigua metrópolis. La violencia simbólica desatada en estos días se inscribe en el sórdido panorama que presenta la España actual, atribulada por una profunda crisis económica y por el fenomenal retroceso experimentado en materia de derechos ciudadanos y libertades públicas. Hace apenas un par de días que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo pública su intención de vigilar y maniatar las redes sociales por lo que toda convocatoria a protestas o manifestaciones políticas de cualquier tipo hecha a través de las mismas será tipificada nada menos que como un delito penal. A partir de esa iniciativa, el gobierno español podrá perseguir a quienes, en su peligroso delirio, califica como “grupos radicales antisistema” involucrados en novísimas formas de “guerrilla urbana”. Todo esto con el afán de impedir que las víctimas del brutal ajuste neoliberal impulsado por el Partido Popular puedan oponer resistencia y luchar contra la injusticia de un proyecto al que sola y exclusivamente le preocupa salvaguardar los intereses del capital, no el bienestar del pueblo. Pese a ello son muchos quienes con ingenuidad todavía confunden un régimen capaz de producir estas muestras de despotismo con la “democracia.” El argumento más socorrido por estos enardecidos funcionarios de la Corona es que cualquier agresión a Repsol-YPF sería un ataque a España y, por ende, a los españoles. No hay que caer en esa trampa. El pleito no es con España o los españoles sino con su burguesía, que explota y desangra a los pueblos tanto fuera como dentro de España, cosa que hoy es evidente hasta para un ciego. Porque España no es esa pandilla de saqueadores profesionales, dignos descendientes de quienes cometieron en nuestras tierras el mayor genocidio de la historia, amparados por la maléfica alianza entre la cruz y la espada. España no son esos especialistas en vaciar empresas y en arrancar pingües ganancias como lo han hecho por toda Latinoamérica y el Caribe bajo la protección de sus padrinos políticos, sean estos Felipe González, José María Aznar o Mariano Rajoy. España no es esa Corona nauseabunda y parasitaria, hundida en una ciénaga de escándalos que “la prensa seria” de la península se encarga de disimular. Para nosotros España es la poesía de Miguel Hernández, Rafael Alberti y Federico García Lorca; las pinturas de Pablo Picasso; la música de Manuel de Falla y Pablo Casals; la filosofía de Manuel Sacristán Luzón, y de mi inolvidable maestro Adolfo Sánzhez Vázquez. España es la extraordinaria labor de los republicanos exiliados en México: Wenceslao Roces, José Gaos y Eugenio Imaz, entre otros, eximios traductores al castellano de El Capital y otros textos de Karl Marx, así como de muchos otros autores del pensamiento clásico. España, por último, es el indoblegable heroísmo de la Pasionaria y los anarquistas y comunistas que lucharon contra la barbarie franquista, de la cual Rajoy, Aznar y el Partido Popular son sus indiscutibles herederos. Estos energúmenos, tardíos sobrevivientes de un conjuro medieval, representan con sus exabruptos de hoy lo peor de España. Son los perros guardianes de los filibusteros de traje y corbata que siembran miseria dentro y fuera de España. La lucha es contra esa España, no contra los españoles ni mucho menos contra la otra España, con la cual nos sentimos hermanados. * Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina. |