ISLANDIA | UN GRUPO DE PERSONAS LIGADAS AL PANORAMA CULTURAL Y MUSICAL DE LA CAPITAL ISLANDESA CONFORMAN EL BEST PARTY
Guillermo Cid Felpeto / Vigo
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- Foto: Helgi Hall.
En 2009, ante la falta de credibilidad de la clase política, un grupo de personas islandesas relacionadas fundamentalmente con el mundo de la cultura decidió fundar un partido político para poder presentarse a las elecciones del Ayuntamiento de Reykjavik, la capital islandesa, en 2010.
En junio de ese año, el “Best Party” (el Mejor Partido), con tan sólo seis meses de vida, fue la formación más votada con un 34,7% de los votos, lo que se tradujo en seis escaños, frente al tradicional Partido de la Independencia, que obtuvo cinco; los socialdemócratas, que obtuvieron tres, y el Movimiento de Izquierda Verde, que obtuvo uno. En sus primeros meses, el Ayuntamiento ha apostado fundamentalmente por medidas que se basan en una fuerte potenciación de la cultura y el ocio, así como en inversión social.
Programa, programa
El programa del Best Party se basaba en unas propuestas irónicas en clave de humor que denunciaban y se burlaban de los partidos políticos tradicionales, además de procurar la defensa de los más desfavorecidos por la crisis económica que atravesaba el país. En la campaña electoral el partido utilizó un vídeo en el que todos los miembros salían cantando Simply The Best de Tina Turner y las promesas electorales comprendían medidas que iban desde la compra de un nuevo oso para el zoo; la creación de un barco-cárcel para meter en él a banqueros y políticos corruptos en altamar; hacer un parque Disney en el aeropuerto, así como dar toallas gratis en las piscinas y conseguir un Parlamento libre de drogas en 2020.
Como propuesta política, los miembros del Best Party defienden las ideas de una “revolución cultural”, de “cambiar la sociedad desde la base” como muestra de sus evidentes contactos con las ideas del anarquismo.
El líder y fundador de este partido político es el humorista Jon Gnarr, que en la campaña a las municipales prometió que no cumpliría ninguna de sus promesas. Gnarr también aseguró que frente a las formaciones tradicionales, que son corruptas en secreto, ellos serán abiertamente corruptos.
Junto a él, en la candidatura, llevó a personas de lo más variopinto, tanto a un excantante del grupo pop llamado Sugarcubes, como a una mujer que trabaja en el servicio doméstico. El origen de la mayoría de los candidatos radica en un grupo de punks y rockeros que se juntaba en el entorno de la estación central de autobuses de Reykjavik en los años ‘80 y que representaban una isla de jóvenes rebeldes en el medio de una sociedad cerrada y conservadora como la islandesa.
