Pablo Milanés se esfuerza criticando Cuba en Miami pero igual le trituran los discos.
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Pablo Milanés reniega de la cruz de su parroquia
Miami, 25 de Agosto de 2011
Edmundo García*/ Foto Virgilio Ponce - La Tarde se Mueve - Martianos - Hermes - Cubainformación.-
El pasado 13 de agosto, casualmente día del cumpleaños de Fidel, el periódico EL NUEVO HERALD publicó una entrevista de Sarah Moreno a Pablo Milanés con el título “Milanés critica falta de libertades y discriminación en Cuba”.
En la extensa conversación Pablo mostraba un adelanto de lo que serían sus declaraciones para Miami. Daría un paso adelante, e inmediatamente tres para atrás. Pablo hace tiempo que tiene reservadas todas las críticas para la Revolución cubana y sus dirigentes; pero para Miami, desde donde tantos actos de terror se han fraguado y dirigido contra su patria y su pueblo, contra ese Miami, ni una crítica chiquita. No lo toca ni con el pétalo de una rosa.
Hace algún tiempo que llegué a la conclusión de que Pablo, con este tipo de opiniones, contribuyó (y no poco) a la confusión y al distanciamiento de Cuba de nombres como los de Ana Belén, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y otros que habían estado cerca y con Cuba por décadas. Y esto, durante la más intensa de las campañas mediáticas de difamación que haya existido contra la isla. Y es que Pablo, el revolucionario, siempre fue un referente para muchos en el mundo.
Sin esa Revolución a la que tantas manchas le ve y a la que tanto critica; sin esos dirigentes que la hicieron y hoy la reforman y perfeccionan junto al pueblo cubano; sin las dinámicas que generaron la estética cultural en la cual el querido Pablo se insertó para beneficio de su crecimiento como artista, no hubiera pasado (pienso yo) de ser un bolerista con una guitarra en un bar de Bayamo, o en el mejor de los casos de La Habana.
Pablo lleva tiempo bajándonos el eufemismo de que no cree en dirigentes que hayan cumplido 75 años o más; ayer lo dijo al fin claramente al canal Univisión de Miami. Pablo no cree entonces ni en Fidel ni en Raúl. Confesó a la periodista Gloria Ordaz que había sido fidelista, pero que ya no lo era; y que no le dedicaría un concierto a Fidel, pero que sí lo haría para las llamadas Damas de Blanco y los llamados presos políticos en Cuba. ¿Será por esto que Carlos Alberto Montaner ha salido a apoyar su presencia en Miami? Quien sabe si hasta Posada Carriles esté contento también con estas declaraciones.
Como adelanté la semana pasada, Pablo me dio la razón: se autocensurará su repertorio, dejando claro que no incluirá en su concierto en el American Airlines Arena del Downtown de Miami canciones como “Para vivir”, “Canción por la unidad Latinoamericana” y “Si el poeta eres tú”. Ni siquiera incluirá “Amo esta isla”, que bien pudiera cantarse en el restaurante Versailles de la Calle 8. Y todo esto, nuevamente, para no herir a Miami. Para colmo, después de todo, tengo que escucharle su insistencia en declararse revolucionario de izquierdas.
Le pudiera pasar como a Obama, que tratando de complacer a una derecha que nunca lo aceptará, ha enajenado su base. Que al Presidente le dio el poder, y a Pablo, le dio la fama.
Sinceramente le deseo una buena noche. Con gran asistencia de público y otros dividendos. Aunque bien sé que tras el descafeinado concierto, muchos se quedarán con ganas lamentando tanta prudencia.
* Edmundo García, periodista cubano independiente residente en EE.UU., conductor del programa “La Tarde se Mueve”.
Fuente original: MARTIANOS-HERMES-CUBAINFORMACIÓN
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Miami no cree en lágrimas: trituran discos de Pablo Milanés

El grupo Vigilia Mambisa en plena faena de machacar discos de Pablo Milanés con su aplanadora.
Un grupo de cubanos extremistas residentes en EEUU. trituró una veintena de discos del cantautor Pablo Milanés con una aplanadora, martillos y piedras, como preámbulo de lo que anuncian como una “masiva manifestación” contra el concierto que el músico ofrecerá por primera vez en Miami este sábado.
Los integrantes de Vigilia Mambisa destruyeron los discos del intérprete de “Yolanda” por considerar que es uno de los trovadores de la “dictadura castrista”.
“Esta manifestación es para mandarle un mensaje a los castristas que vienen aquí para buscar dinero para el régimen de La Habana, dinero que es usado para criminalizar a nuestros familiares”, dijo Miguel Saavedra, presidente de esa organización.
Junto a Silvio Rodríguez, Milanés ha sido una de las figuras importantes de la nueva trova cubana, movimiento musical que surgió a fines de los años 60.
“Que se vayan, nos los queremos en Miami. Son sinvergüenzas y mal cubanos los músicos castristas”, declaró el militante extremista.
La destrucción de los discos fue una muestra de como los ánimos se han caldeado debido a que el concierto no fue cancelado, a pesar de los esfuerzos de una parte de los grupos de origen cubano en Miami.
Una coalición de 43 grupos informó hoy a Efe de que está lista para movilizarse hacia el American Airlines Arena (AAA), donde Milanés se presentará como parte de su gira por Estados Unidos.
Emilio Izquierdo, coordinador general de Cuban American Patriots and Friends, detalló que esperan la participación de “cientos de manifestantes” que se ubicarán en frente al estadio, en la llamada Torre de la Libertad, que tiene capacidad para “unas 2.000 personas”.
La Torre de la Libertad es un edificio emblemático en Miami donde las autoridades tramitaron la entrada a EE.UU. de casi medio millón de cubanos en las décadas de los años 60 y 70.
“Creemos que el concierto es una traición de la administración del presidente Barack Obama, de la Gobernación de Florida y de los alcaldes de Miami-Dade y Miami, porque una comunidad como la cubana no se merece un artista y un promotor (Hugo Cancio) que son enviados de un régimen que patrocina al terrorismo internacional”, expresó uno de los que machacaron con la aplanadora los discos de Pablo Milanés.
El concierto, aseguró Izquierdo, es una “afrenta para las organizaciones más representativas y combativas del exilio” y para el “presidio político cubano”.
“Traer a este hombre acá es una falta de respeto a esas víctimas. Queremos que esas voces se oigan”, enfatizó.
Milanés dijo esta semana en una entrevista con Efe, en Washington, que las protestas para impedir su concierto son “actitudes” que “ya son obsoletas” y que él vino a “cantar con todo el amor del mundo”.
Semanas antes del concierto esos grupos trataron de ejercer presión para que el evento fuera suspendido y tildaron a las autoridades locales, en su mayoría de origen cubano, de “traidoras”.
Un calificativo que rechazó el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, al asegurar que en el pasado se negó al uso de los fondos del condado para apoyar un “intercambio con el régimen castrista, bien fuera cultural o de otra naturaleza”.
“Mi objeción personal permanece sin cambios. Sin embargo, el abogado del condado confirmó que el (estadio) AAA es operado por una entidad privada que es la única autorizada para decidir los eventos que serán presentados”, dijo a Efe en un mensaje por correo electrónico.
El Departamento de Policía de Miami, por su parte, informó de que implementarán medidas de seguridad que incluyen un mayor número de agentes y zonas especiales para los manifestantes y los periodistas.
“Tendremos un número de personas que quieren manifestarse así que hemos solicitado tener policías adicionales en la zona”, informó a Efe la detective Keandra Simmons.
(Con información de EFE)

Machacan discos de Pablo Milanés
Cuando leo las decenas de cables emitidos desde Miami a favor o en contra del concierto que debe ofrecer allí el compositor y cantante cubano Pablo Milanés, me preguntó, qué ética posee este artista para querer actuar a contracorriente ante lo que el mismo denominó “los cubanos”, de Miami, una tierra donde lo han convertido en un fenómeno de la publicidad, atacado por la ultraderecha de la contrarrevolución, aplaudido por los ideológicos anticubanos por su critica posición contra el gobierno de La Habana. Si Pablo Milanés tuviera un mínimo de verguenza como ser humano y como artista ya hubiera recogido sus bártulos, y el que lo quiera ver en un escenario que se traslade a otro país, o venga a Cuba, que acá no mordemos.
Pablo, quien es un acérrimo critico de la Revolución Cubana, sus dirigentes y el proyecto socio-económico de este país, – y no se esconde para decirlo- es considerado “comunista” en Miami, (cosa que da hasta risa por el desconocimiento político-ideológico de quienes así lo tildan- cuando lo cierto es que vive mas fuera de la Isla que dentro, y arremete con razón o sin razón en la prensa extranjera contra casi todo lo que se hace políticamente en su país de nacimiento.
Quizás lo hace porque aún sangra su vieja herida nunca cerrada de haber permanecido en una Unidad Militar de Ayuda a la Producción (UMAP) en su juventud, aunque después fuera aupado por esa gran revolucionaria que fue Haydeé Santamaría, integró el Grupo de Experimentación Sonora dirigido nada menos que por el Maestro Leo Brower, hasta convertirse en uno de los íconos de la Nueva Trova, adinerado, y viviendo muy bien, sin presiones de tipo alguno, de manera muy distinta a la existencia modesta, pensamiento ecuánime, critica en el lugar que corresponde, que practican los comunistas con carné y los revolucionarios de corazón de este país.
Pues, el “querido Pablo” como titula uno de sus discos, insiste en cantar en Miami donde le han triturado los discos, lo denigran en la televisión, lo usan como conejillo en encuestas del Nuevo Herald, y donde ha declarado –según escribió Carlos Alberto Montaner que reproduce una entrevista ofrecida por el cantante en Miami -.
El dijo que “ya no deseaba cantarle a Fidel Castro, que no tiene inconveniente en dedicarles una canción a las Damas de Blanco, y que es un revolucionario crítico comprometido con el sistema socialista.”
Montaner lo felicita: “Bravo. Eso quiere decir, primero, que el famoso cantautor rompió realmente con esa penosa subordinación moral e intelectual hacia el caudillo que caracteriza a las irracionales dictaduras personalistas; segundo, que acepta la pluralidad y las diferencias dentro de una sociedad en la que muchas personas honorables tienen posiciones distintas, sin que ello las convierta en enemigos execrables o en agentes de la CIA; y, tercero, que no ha dejado de ser comunista, pero no está dispuesto a callar ante los errores y los atropellos de su gobierno. La militancia no exige ser ciego y mudo ante lo que está mal. Lo revolucionario es la rebeldía, no la aquiescente sumisión”.
Eso dice Montaner. Exalta a Pablo Milanés como un disidente revolucionario. Vaya calificativo inventado por una mente calenturienta de la contrarrevolución miamense.
Milanés debe saber muy bien quien es este sujeto.
Me pregunto: hasta dónde esa libertad que tanto pregona Pablo es lo que lo impulsa a querer cantar para un público, que quizás sea sano, apolítico, amante de los recuerdos, o jóvenes que se mueren por conocer al autor de Yolanda, su canción antológica llegada a Miami por los inmigrantes cubanos que pusieron el mar de por medio para vivir económicamente mejor. ¿???.
Cada uno hace con su vida, y sobretodo su ética moral y personal lo que su conciencia le dicte. Que tenga un poco de memoria Pablo Milanés, uno de los que ahora otros hipercriticos coloca en la lista de los “discriminados” negros cubanos, quien por homosexual, porque no trabajaba o hasta por error fue enviado a las filas de la Unidad Militar de Ayuda a la Producción, y recuerde quienes son las personas que lo respetan, lo admiran, y hasta le soportan – no porque estén de acuerdo con ellas- sus criticas infundadas o no al gobierno.
Ya aquello de que “el arte no es política” y “vengo a ofrecer mis canciones” es frase saturada, impropia del siglo XXI. El artista es un ser comprometido con su época y siempre lo fue. Decir que se es apolítico es de hecho una posición política; no nos engañemos.
Quizás Pablo en algún momento analice de manera diferente qué es lo que realmente sucede ahora en Cuba, quiénes son sus verdaderos enemigos, y se deje de hablar tanta piltrafa como ha hecho en cuanto país pone los pies, denigrando la imagen de su Patria.
Ahora Pablo, usted que es seguido por la juventud cubana, como lo es Silvio Rodríguez, un hombre que también dice sus verdades, pero lo hace con respeto y desde la óptica revolucionaria que ya usted evidentemente perdió, únase a su pueblo, si le apetece, en esta contienda de unión y lucha por evitar que este pequeño país vuelva a caer en manos de quienes lo tuvieron y fueron echados a patadas por la Revolución.
Venga y eche rodilla en tierra junto a su pueblo, el de aquí, que si no me equivoco, no es el de Miami.