Sobre la ineficacia de la protesta (5 de ya casi) Por Meyer Lozano Quintana
Nazional-istmo
El sujeto tiene un deseo natural de sobresalir de la masa, de individualizarse e individuarse. La pulsión gregaria lo obliga a afiliarse a pequeños grupos que sean relativamente homogéneos en una o más características, bien sean estas: religión, clase social, grupo étnico, ideario político, preferencias sexuales, entre otras. Estos grupos tienden a discriminar a sus contrarios, tanto en el polo opuesto – por color, sexo, etc. – como a los que disienten en el mismo polo (los católicos con los protestantes por ejemplo), creando de esta manera una separación en la masa que puede representar una reacción constante en contra del Estado por la defensa o desprecio de éste por las características antes expuestas.
El recurso al que apela el Estado para deshomogeneizar los grupillos y rehomogeneizarlos en torno a su figura es el Nacionalismo. Este constructo encierra dentro de su ideario la más amplia gama de elementos castradores e inhibidores de la autonomía y espontaneidad, pues nadie debe escapar a sus gigantescas redes. Desde que el ser nace es bombardeado con frases como: “orgulloso de ser…” o “lo nuestro es lo mejor” o “que grande es mi país”, así como la historia de los héroes de la patria, los mártires de la nación, etc. Las actividades mas triviales se convierten en herramientas de propaganda, una victoria deportiva o en un concurso de belleza, la exposición de artistas en el exterior o cualquier rama parecida, lleva al común a decir “que grande es mi país”. No el individuo, no el acto, no la idea. La nación.
Y ¿es qué se puede o se debe sentir orgullo solo por nacer en determinada zona? ¿Un hecho que es producto del azar merece ser el carril por donde se debe dirigir la vida? O peor aun, ¿Es mejor un europeo a un americano o un americano a un africano y así consecutivamente? Nacer de un determinado país tiene el mismo mérito que la estatura y sin embargo no organizamos una parada por ser altos o bajos. La idea de la nación o la patria es (conjuntamente con la fe) la muerte del individualismo. La orientación que tenga el Estado debe ser compartida por todos sus esclavos para que la nave mantenga su curso, de lo contrario – si piensas o actúas diferente – pasarás en el mejor de los casos a ser un paria, en el peor un muerto o un desaparecido.
El nacionalismo es el istmo que une a dos cuerpos monumentales, el Estado y la masa. Pero al igual que esta imagen geográfica, es estrecho, modificable o eliminable. Es en este punto precisamente en el que nuevamente caemos ante la disyuntiva sujeto amado versus individuo odiado. El odio en estas circunstancias es un termómetro de cuan definido puede estar un yo. A mayor definición mayor rechazo y viceversa. El odio es miedo. Este miedo masivo al cambio del statu quo y a la evolución social natural* tiene necesariamente que ceder por acciones del individuo-colectivo y la supresión definitiva de la masa.
En algunas regiones se ha insertado al tema nacional el de “lo social”. “Lo social” es igualmente un proceso homogeneizador, que al ser impreciso y ambiguo comprende una enorme carga de responsabilidades y limitaciones al individuo en pro de este concepto, sin encerrar en él un objetivo real. Se impone al ser una concepción neurótica que lo estanca en su crecimiento individual-colectivo y frena de esta manera toda posible evolución. Cuando lo social no es colectivo, es solo una cadena más.
Si la planificación y ejecución de actividades por parte del colectivo no va orientada al mejoramiento del individuo en lugar de la mejora de la nación, nos mantendremos en este marasmo social que vive girando entre el deseo de Libertad y el ejercicio de la opresión y la tiranía. La usurpación será perpetua y el legítimo dueño se mantendrá con la cerviz doblada en pro de un beneficio que –sin organización y lucha – jamás llegará. La protesta solo será eficaz cuando se desechen los conceptos de nación y cultura para dar paso a los de colectivo y Libertad.
*Véase nota Sobre la ineficacia de la protesta (3 de algo mas)
Meyer Lozano Quintana
"Individuo colectivista"
14/09/11
Anteriores:
Sobre la ineficacia de la protesta. Por Meyer Lozano Quintana
Sobre la ineficacia de la protesta. (2 de pocos) Por Meyer Lozano Quintana
Sobre la ineficacia de la protesta. (3 de algo mas) por meyer lozano quintana
Sobre la ineficacia de la protesta (4 de falta poco) por meyer lozano quintana