Uruguay: Hay actitudes....y actitudes.
Hay...Actitudes (1)
“No es el olvido lo que puede salvar a una comunidad del rencor y la venganza. Sólo el ejercicio de la justicia permite que la comunidad recupere su equilibrio. La fidelidad, la lealtad, la justicia son actitudes que adquieren valor en su conexión con el pasado. Nadie pretende ser fiel a un futuro, leal a un juramento que todavía no ha hecho. Al prójimo ecuánime y entrañable, que también los hay, no le seduce la retórica del olvido sino las cuentas claras, esas que conservan enemistades. No ignora que tras esa mímica de generosidad, tras ese despilfarro de perdones, tras ese simulacro de justicia, el pasado de veras sigue intacto: con sus principios y sus riesgos, sus frustraciones y sus laureles, sus violetas y sus pavos reales, sus almas en pena y sus almas en gloria. Ocurre que el pasado es siempre una morada y no hay olvido capaz de demolerla.”Mario Benedetti
Actitudes (2)
Argentina: Carta al amigo ausente
Querido amigo:
Esta carta que nunca llegará a tus manos o que quizás no termine de escribir y simplemente agonice en algún rincón perdido de los cajones de mi escritorio, simplemente pretende arrancar del olvido esa época tan hermosa de nuestras vidas. Estas líneas sólo intentan evocarte después de tanto y tanto tiempo, procuran demoler la muralla del olvido.
Esta carta que nunca llegará a tus manos o que quizás no termine de escribir y simplemente agonice en algún rincón perdido de los cajones de mi escritorio, simplemente pretende arrancar del olvido esa época tan hermosa de nuestras vidas. Estas líneas sólo intentan evocarte después de tanto y tanto tiempo, procuran demoler la muralla del olvido. Te quiero decir que pese a los años no sólo te recuerdo y te tengo presente, sino que (y creo que es lo más importante para los dos) sigo siendo el mismo tipo que conociste una noche de febrero de 1972 en el mítico Bar de Martín, ese bar y pizzería donde se solía reunir toda la izquierda militante de la zona y en la que, años después, ya en plena dictadura se fundo la Asociación Deportiva Berazategui, el club de fútbol que lleva camiseta naranja en honor a la legendaria lista naranja de la comisión interna de Rigolleau. Ironías de la vida, la mayoría de los hinchas de Bera no conocen el origen del color de la camiseta de sus amores.
Me sonrío al evocar esa, mi primera reunión en la orga, el saber que éramos parte de algo mucho más grande y más importante que nos hermanaba. Me acuerdo que en el transcurso del debate surgió una tarea y como todo novato fui el primero en ofrecerme, todos se miraron y “Bigote” dijo: “Esta bien que vaya con Beto”, rápidamente nos pusimos de acuerdo para encontrarnos al otro día en el ya desaparecido Medio Caño, una parada de colectivos que había en 14 y barrera de la ciudad de Berazategui, a las cuatro en punto. ¿Sabes una cosa? Cada vez que paso por ahí me acuerdo de vos.
Bueno vos sabes que mi deuda de gratitud contigo es imposible de medir, igual los recuerdos rebeldes suelen atravesar mi nostalgia. ¿Te acordás? Vos hacías fotografía, yo practicaba ciclismo y a los dos nos llamaba la atención lo que hacia el otro, hasta que terminamos con aquel extravagante canje de una bicicleta por una cámara de fotos (una Kiev rusa que termino sus días extraviada en un taller de reparaciones). Todavía me sonrío al recordar tu andar inseguro y la risa nerviosa cuando te bajabas de ese metálico caballo con dos ruedas.
Ahora que lo pienso nunca supe tu nombre y para vos yo siempre fui Cesar, conocías mi casa, yo conocía la tuya, cuando la urgencia militante nos daba un respiro, estábamos tomando mate, arreglando una bici o simplemente hablando de fotografía. Lo más que llegue a saber de vos es que trabajabas en una firma importadora de material fotográfico en capital, vos sabías que trabajaba en la construcción y “estudiaba” de noche. De todas maneras eran épocas de pocas o ninguna pregunta. ¿Te acordás de la noche que estábamos con los compañeros bloqueando las puertas de la cristalería Rigolleau? Había que impedir que la Guardia de Infantería desaloje a los obreros en huelga. Nos comimos los gases de la cana y la apretada de la patota de la burocracia del Sindicato del Vidrio y hasta alguno cayó en cana, pese a todo nosotros nos cagabamos de risa. Si hay algo que rescato de esos años (entre tantas otras cosas) es la enorme felicidad y alegría que le poníamos a todo, hoy que lo veo a la distancia me doy cuenta que no fue por inconsciencia o por un impresentable culto a la muerte como llegó a decir algún intelectualoide del establishment. Por sobre todas las cosas éramos profundamente felices de sentir que estábamos construyendo un mundo nuevo, una sociedad diferente, soñábamos que de alguna manera éramos una pequeña parte del Hombre Nuevo.
¿Te acordas del golpe militar? En los días previos estuvimos recorriendo todas las fábricas de la zona tratando de entrevistarnos con las comisiones internas, había que resistir, buscábamos desesperadamente nuevas formas de militancia. Desgraciadamente no fuimos capaces de anticiparnos a tanta barbarie.
No puedo borrar de mi memoria el día que fallaste a la cita, me dije “Que cagada, ¿Ahora cómo lo encuentro?” Deje pasar los exactos cinco minutos y me tome el primer colectivo que pasó. Al otro día te fui a buscar al ya previsto de antemano, chequeo y cuando no apareciste, las sombras invadieron mis pensamientos, eran los días que todo era difícil, los contactos orgánicos eran un sueño (y a veces una pesadilla porque no sabíamos con qué o quién nos íbamos a encontrar) por eso estábamos tan aferrados a los pocos contactos seguros que nos quedaban. Me fui a casa y mientras tomaba unos mates buscaba la salida al terrible laberinto, el que todavía no conocía en toda su dimensión. Dejé pasar un día y a la tardecita, apretando muy fuerte con mi mano derecha a Rebeca, que siempre me acompañaba a todas partes para no sentirme tan solo, contradiciendo las normas de seguridad, tomé la difícil decisión de ir a tu casa, sin pensar en otra cosa que encontrarte. La puerta del pasillo abierta de par en par fue el primer indicio, no sólo se abría una puerta sino también una herida muy difícil de cerrar; Pasé de largo lentamente, los nervios me devoraban, mi mano derecha casi ahogaba a Rebeca, de golpe, no sé cómo ni porqué, volví sobre mi rastro y con paso decidido me encaminé por ese pasillo que nunca me pareció tan largo. Tu casa, que era casi mía, estaba destrozada, la puerta rota, las cosas por el piso, mucho más no pude mirar, una lógica de supervivencia me hizo volver sobre el camino andado, al llegar a la calle mi desesperación cobró su real dimensión en el momento que veo que un chico de seis o siete años me miraba con el espanto dibujado en su rostro. Caminé a paso vivo, troté, empecé a correr ligero, te juro que no sentía pánico, pero el vacío que se me abría en el alma era mucho más fuerte que la suma de todos los miedos.
Llegué a casa sin saber cómo, agitado, dejé a Rebeca sobre la mesa, sobre su brillante empavonado se deslizaban las gruesas gotas de mi transpiración, me senté con la cabeza entre las manos y por primera vez en mi vida militante no supe qué hacer ni qué decir.
Todavía hoy no sé en que momento me resigné a saber que ya no habría ni una nueva cita, ni reunión, ni nada más. De alguna manera comencé a vivir con tu recuerdo como una calida presencia. Tiempo después me enteré que a tu compañera, la patota la había tirado abajo del tren y de tu hijo no supe nunca más nada. Por algunas palabras sueltas tuyas yo sabia que tu mamá tenia un almacén cerca de la barrera y avenida Varela, cuando lo descubrí, pase mil veces por la puerta y jamás me anime a entrar, al tiempo el negocio cerró y así perdí la ultima única pista que tenia de vos.
Cada vez que veo las fotos de los compañeros que ya no están, te busco, nunca te pude encontrar, ni siquiera un rastro, un dato, nada. Sos uno de los tantos que se perdió en la larga y siniestra noche de la dictadura.
Recién después de mucho tiempo me di cuenta que vos eras la única persona que sabia donde vivía, donde trabajaba, en qué lugar podía llegar a estar cubierto por unos días, sin embargo a ninguno de esos lugares llegó nunca ningún esbirro a buscar nada. Ahora soy consciente que tu silencio tiene que haber lastimado a tus verdugos muchísimo más que lo que ellos te lastimaron a vos. Si ya sé, me vas a repetir lo que aprendimos con el querido Ernesto Giudice, que decía que “la lucha de clases sigue en la mesa de tortura” pero vos sabes que yo veo todo con otros ojos, porque para mí tu obstinado, terco y elocuente silencio fue el que permitió que ahora yo te pueda escribir esta carta, que vos nunca vas a poder leer, pero me queda la ilusión que en medio de tanto horror la pudiste imaginar mientras, como siempre, te reías con esa risa tímida y nerviosa.
Guillermo Berasategui
Tomado de Blog Atea y Sublevada
Actitudes (3)
viernes 28 de octubre de 2011

Un grupo de 28 mujeres que estuvieron presas en la dictadura presentó este viernes denuncias contra decenas de policías, militares, médicos y enfermeros, por abusos y torturas.
“Los denunciados tuvieron activa participación durante la detención y prisión de las denunciantes en los distintos establecimientos carcelarios, siendo todos ellos responsables directos e indirectos por acción u omisión de la comisión de delitos calificados como de lesa humanidad cometidos en forma sistemática y planificada consistentes en delitos sexuales (violencia sexual, violación, desnudez, tocamientos, entre otros) y torturas (tales como plantones, picana, submarino, entre otros), afectando su integridad física y mental y su derecho a la dignidad, principalmente, tal como surgen de los relatos que se adjuntan de cada una de las denunciantes”, señala el documento de la denuncia.
El grupo de mujeres está integrado por militantes de distintos partidos políticos y gremios, en el momento de la dictadura.
Por su parte, entre los denunciados se encuentran Jorge Silveira, José Nino Gavazzo, Gilberto Vázquez, Miguel Dalmao y Manuel Cordero, entre otros.
También se incluye a todos los oficiales y suboficiales que entre 1972 y 1985 se encontraban en los establecimientos: Penal de Punta de Rieles, 300 Carlos, Regimiento de Caballería No. 9, Cuartel Km. 14 Cno. Maldonado, Establecimiento La Tablada, Casa de Punta Gorda, Cárcel de Pueblo (Parque Rodó), Regimiento de Caballería No. 4, Hospital Militar, Artillería No. 1 (Cuartel La Paloma), Batallón de Ingenieros No. 1, Batallón de Infantería No. 5 de Mercedes, Batallón 5o. de Artillería, Cuartel de Infantería No. 7 de Salto, Cuartel No. 13, Cuartel No. 6 de Caballería.
En la denuncia se agrega que las detenidas eran doblemente victimizadas, tanto por su ideología como por su condición de mujer, utilizándose su cuerpo como un botín de guerra.
“Todas estas prácticas realizadas no sólo buscaban destruir a las detenidas sino que también procuraban morbosamente el placer de los torturadores en sus distintas manifestaciones, ya sea tocándolas, impidiéndoles el aseo por tiempo prolongado y cuando lo permitían observándoles permanentemente y apuntándoles con un arma, realizándoles plantones totalmente desnudas, no dejándolas dormir, soltándoles perros, no brindándoles agua ni alimentos, impidiéndoles realizar sus necesidades básicas e incluso colocándole ratas en los genitales habiendo sido previamente untadas con grasa”, añade.
Actitudes (4)

El Dr. Álvarez Petraglia presentó este viernes una denuncia penal contra varios militares que participaron en torturas y violaciones sexuales a presas políticas "siendo todos ellos responsables directos e indirectos por acción u omisión de la comisión de delitos calificados como de lesa humanidad cometidos en forma sistemática y planificada consistentes en delitos sexuales (violencia sexual, violación, desnudez, tocamientos, entre otros) y torturas (tales como plantones, picana, submarino, entre otros),, afectando su integridad física y mental y su derecho a la dignidad", según señala la denuncia.
Esta es la primera vez que se denuncia también a las mujeres militares que participaron en delitos de lesa humanidad. En conversación con Montevideo Portal, el Dr. Álvarez Petraglia señaló que existían grupos de militares exclusivamente compuestos por mujeres señalando que "eran las que peor conducta tenían con las mujeres presas, las que más las torturaban sicológicamente".
Asimismo, señaló que "ha costado muchísimo" que las víctimas recuerden y denuncien el delito de violación y abuso sexual: "Han suprimido del recuerdo muchas cosas que pasaron", afirmó el abogado, agregando que esta es la primera vez que se plantea el delito de abuso sexual como un delito de lesa humanidad.
Los denunciados son decenas de militares que participaron en el Penal de Punta de Rieles, 300 Carlos, Regimiento de Caballería No. 9, Cuartel Km. 14 Cno. Maldonado, Establecimiento La Tablada, Casa de Punta Gorda, Cárcel de Pueblo (Parque Rodó), Regimiento de Caballería No. 4, Hospital Militar, Artillería No. 1 (Cuartel La Paloma), Batallón de Ingenieros No. 1, Batallón de Infantería No. 5 de Mercedes, Batallón 5o. de Artillería, Cuartel de Infantería No. 7 de Salto, Cuartel No. 13 y Cuartel No. 6 de Caballería.
Al ser consultado sobre si el decreto del Poder Ejecutivo que dejó todos los casos fuera del amparo de la ley de Caducidad, o la reciente ley que eliminó los efectos de la Ley de Caducidad por vía parlamentaria, posibilitó la concreción o la extensión de la denuncia, Álvarez señaló que no, que estaba previsto de antes que la denuncia se presentara en estos términos.
Montevideo PortalActitudes (5)
Otro caso afuera
Justamente, en ese plano, el juez penal de 5º turno, José María Gómez, desarchivó de oficio en las últimas horas el caso de Óscar Baliñas, militante del Frente Izquierda de Liberación (Fidel) desaparecido en 1977. La decisión estuvo motivada por la revocación por parte de Presidencia de los actos administrativos por los cuales aplicó la Ley de Caducidad. Este expediente fue archivado en 1989 luego de que fuera amparado en esta norma por Julio María Sanguinetti. Baliñas fue detenido en su domicilio el 21 de junio de 1977 y recluido en La Tablada.
En el informe que las Fuerzas Armadas remitieron en 2005 a Tabaré Vázquez, atribuyeron la detención de Baliñas al Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Según ese documento, falleció en la noche del 18 al 19 de julio en el Hospital Militar y sus restos fueron enterrados en el Batallón de Infantaría Nº 13 y posteriormente exhumados y trasladados al predio del Batallón 14, cremados, y sus cenizas y restos fueron "esparcidos en la zona".
La jueza de Fray Bentos Livia Pignataro también actuó de oficio en el caso del homicidio de Vladimir Roslik, ocurrido en abril de 1984. Días atrás se reabrieron las actuaciones luego de que Presidencia enviara dos de los expedientes directamente vinculados y buscados, antes sin éxito, en las dependencias judiciales. Ayer se supo que Presidencia envió a la magistrada los otros dos expedientes que aún no habían aparecido y que están caratulados "Federación Médica del Interior. Denuncia", con fecha 1986, y "Sainz Pedrini, Eduardo. Denuncia", con fecha 1984. Sainz Pedrini es el médico militar que firmó la falsa autopsia de Roslik. Pignataro había solicitado a Presidencia la búsqueda luego de que se constatara que esta documentación había sido remitida a Sanguinetti unos días antes de culminar su primer mandato.
Lourdes Rodríguez
La Diaria
Actitudes (6)
VIOLENCIA SEXUAL.
A su vez, entre hoy y mañana un grupo de 28 ex presas políticas presentarán una denuncia por las torturas y violencia sexual que sufrieron estando detenidas. La denuncia apunta contra oficiales, personal subalterno y médicos y enfermeros del Hospital Militar. Entre los denunciados, que en total son más de 40, figuran los exrepresores que ya están en prisión.
En la acción se denuncian hechos ocurridos en la Cárcel de Punta Rieles, que durante la dictadura funcionó como centro de detención femenino.
A su vez, se pondrán en conocimiento de la Justicia los ataques sexuales sufridos por las detenidas en al menos otros seis centros de reclusión.
Pero, además, en la denuncia también se da cuenta de hechos ocurridos en unidades militares de Paso de los Toros y Mercedes, así como bajo jurisdicción de las jefaturas de Policía de Montevideo y Salto.
La ley que se aprobaba esta madrugada salva el escollo jurídico que se planteaba el 1° de noviembre, fecha que según la tesis jurídica mayoritaria, se extinguirían los ilícitos.
"toda la cancha". A nivel de los militares retirados, también hay reacciones ya que se anunció que se presentarán denuncias contra miembros de la guerrilla que no fueron juzgados en su momento.
"Ahora vamos a salir a jugar el partido en toda la cancha", dijo a El País el presidente del Centro Militar, coronel (r) Guillermo Cedrez, quien estimó que habría unos 30 casos que podrían ser denunciados.
Las denuncias serán presentadas por un grupo de cuatro abogados que trabajaban en la institución.
Asimismo, el Centro Militar también pidió asesoramiento jurídico para reclamar ante la Suprema Corte de Justicia la inconstitucionalidad de la ley que se aprobaba en la madrugada.
Y...Actitudes (7)
...a contramano

La senadora del MPP, Lucía Topolansky, dijo, después de la promulgación de la ley que restablece la pretensión punitiva del Estado, que "es muy importante no transformar la justicia en revancha", y opinó que "hay que encontrar los caminos para llegar a la verdad". En conversación con el diario argentino Perfil, Topolansky llamó a no mezclar la historia de quienes fueron protagonistas de la lucha armada y su represión, en los 70, con la justicia de hoy en día.
"El tema es altamente delicado y las heridas que dejan los procesos de dictadura son muy difíciles de saldar. Todos conformamos nuestra opinión según nuestra peripecia personal, y de algún modo cada uno, desde el lugar que le tocó vivir, tiene razón", señaló la senadora.
Topolansky también fue consultada sobre una eventual postulación a la presidencia en 2014, a propuesta de las bases, pero señaló que no hay candidatos "puros", y explicó que las bases están perneadas por los distintos sectores. Reconoció que, pese a que pertenece al sector mayoritario del FA con gran presencia en las bases, "la responsabilidad de ser candidata no está" en su "horizonte personal".
En otro orden, la senadora dijo que, si bien la región no está "blindada" ante la crisis internacional, sí está "en buenas condiciones". "Muchos de nuestros países venden commodities y existe una cierta variabilidad de precios. A la vez, los problemas del dólar impactan en nuestras monedas. Pero indudablemente estamos mejor que en otras épocas", señaló Topolansky.

PUBICADO EN CARAS&CARETAS EL VIERNES 5 DE AGOSTO DE 2011
CINCO PROCESAMIENTOS Y UNA REQUISITORIA POR GELÓS BONILLA
Los soldados empiezan a hablar
ROGER RODRIGUEZ
rogerrodriguez@adinet.com.uy
La fiscal Ana María Tellechea solicitó el martes 2 de agosto a la jueza penal de 7º turno, Mariana Mota, el procesamiento con prisión de cinco militares y la captura internacional de un oficial radicado en el extranjero, a quienes solicita enjuiciar como coautores de un delito de desaparición forzada, tipificado como crimen de lesa humanidad en la ley 18.026, contra Horacio Gelós Bonilla en enero de 1976.
El pronunciamiento del ministerio público, al que accedió Caras&Caretas, implica al entonces teniente coronel Aquiles Ulises Moraes Rocha, jefe del Batallón de Ingenieros Nº 4 de Laguna del Sauce, y a sus subalternos, los mayores Juan Antonio Tucci Sebastiani y Julio Antonio Techera Sánchez, el capitán Eduardo Juan Giordano D’Amato y el médico José Luis Braga Rosado.
La doctora Tellechea también pidió el arresto a nivel internacional del entonces teniente Dardo Víctor Barrios Hernández, encargado de los interrogatorios en la unidad militar y una ampliación de legajos de otros ochos militares que cumplían funciones en la dependencia militar donde, según los testimonios recabados en la instrucción judicial, Gelós Bonilla fue muerto por torturas.
La causa Gelós Bonilla, que derivó al juzgado penal de séptimo turno en el marco de la “megacausa” contra el fallecido dictador Juan María Bordaberry, se había iniciado en 1985 el Juzgado de Maldonado que declinó competencia. El caso había sido amparado en la Ley de Caducidad por el presidente Julio María Sanguinetti en diciembre de 1988 y fue reabierto en 2005.
La nueva tipificación de un delito por “desaparición forzada” se propone a pocos días que un tribunal de apelaciones ratificara un procesamiento que por el mismo crimen de lesa humanidad había ordenado la fiscal Mirtha Guianze contra el coronel Carlos Calcagno por la desaparición de Gustavo Inzaurralde y Nelson Santana en Paraguay en 1977.
La resolución de Tribunal de Apelaciones de 1º Turno, integrado por los magistrados Alberto Reyes, Anabella Damasco y Sergio Torres, es el primero que convalida la aplicación de la Ley 18.026 donde se tipifican los crímenes de lesa humanidad, a pesar de sentencias anteriores de la Suprema Corte de Justicia en las que casos de desaparición se tipificaron como homicidios.
En la solicitud de la fiscal Tellechea se alega que surge probado que Gelós Bonilla fue secuestrado en el 2 de enero de 1976 en la plaza de la ciudad de Maldonado e introducido en un automóvil propiedad de un militar perteneciente a la Oficina Coordinadora de Operaciones Antisubversivas (OCOA) de la División de Ejército IV, con asiento en Minas, departamento de Lavalleja.
En el proceso de instrucción, declararon familiares de la víctima, personas que fueron detenidos con él y que escucharon cómo era sometido a la tortura hasta que dejaron de escuchar sus gritos, y militares que –por primera vez- aportaron los nombres de los oficiales a cargo de los “interrogatorios” y admitieron que Gelós Bonilla murió en la unidad militar.
“Le tiraban agua en la cara que no podía respirar, golpes en la cara y por todos lados, incluso uno que dijo dejalo que yo te lo ablando. Se escuchaban sus quejidos hasta que ya no se pudo quejar más. Yo me di cuenta por el silencio que se produjo por parte de él. A nosotros enseguida nos sacaron de ahí en una camioneta ya que se daban cuenta que si nosotros salíamos en libertad y veíamos lo que pasaba lo íbamos a contar”, narró uno de los testigos..
Varios de los indagados negaron haber visto o conocido a Gelós Bonilla y llegaron a contradecir las fechas de sus propios legajos personales, proporcionados al juzgado por el Ejército, en lo que la fiscalía califica como “declaración mendaz”, Sin embargo, en el testimonio tomado al personal subalterno se pudo confirmar quiénes eran los oficiales que torturaban a los detenidos y detalles de las torturas que se practicaban.
Uno de los soldados, que estaba encargado de la custodia de los detenidos, admitió el uso de picana eléctrica, la aplicación de torturas en una cama con elástico metálico y un poncho húmedo colocada sobre los prisioneros encapuchados y desnudos. “Luego lo vi a ese detenidos en la carpa que estaba mal, que no reaccionaba en forma correcta, estaba acostado, y creo que murió en la noche”, dijo el subalterno sobre un caso ocurrido en enero de 1976.
Su testimonio fue ratificado por otro soldado quien recuerda que uno de los detenidos le dijo que Gelós Bonilla se sentía mal. Narra que le quitó la capucha “y tenía la cara desfigurada de los golpes y hematomas”. Llamó a un enfermero y comunicó la situación al oficial de servicio que ordenó que un médico lo viera. Trasladaron al prisionero a una camilla de enfermería donde falleció. El soldado señaló el nombre de los torturadores del edil frenteamplista.
En su acusación, la fiscal Tellechea enmarca la muerte y desaparición de Gelós Bonilla en la denominada Operación Morgan contra militantes del Partido Comunista y subraya las características de la represión militar “destinadas a la destrucción total de ciertos grupos de personas pertenecientes a determinados sectores políticos en un contexto regional”.
“De manera que se asistió a un exterminio sistemático de un grupo con una parte de la población civil sirviéndose del aparato del Estado para dicha tarea en un contexto regional en el cual ninguna registró a ninguna de las personas que fueron torturadas, asesinadas o desaparecidas. De ahí que la reunir las pruebas suficientes para el castigo de los culpables resulte una tarea nada sencilla”, explica el ministerio público.
Sin embargo, Tellechea considera que la muerte y desaparición de Gelós Bonilla no es un hecho aislado sino que forma parte de la política represora del Estado, por lo que es de aplicación lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley 18.026 en cuando dice que “El superior jerárquico, funcionario civil o militar, cualquiera sea su cargo oficial o de gobierno, será penalmente responsable por los crímenes establecidos en los Títulos I y II de la Parte II de la presente ley que fuesen cometidos por quienes estén bajo su autoridad, mando o control efectivo, cuando en razón de su investidura, cargo o función, hubiere sabido que estaban participando de cualquier manera en la comisión de los crímenes o delitos referidos y no hubiere adoptado, estando posibilitado para ello, todas las medidas razonables y necesarias a su alcance para impedir, denunciar o reprimir la comisión de dichos crímenes o delitos”. Concluye que se trata de un delito de desaparición forzada, establecido en el Art. 21 de la Ley 18.026 y por consiguiente un delito de lesa humanidad.
La tipificación del delito de desaparición forzada previsto en la Ley 18.026, fue expresamente admitida en la resolución del Tribunal de Apelaciones de 1º Turno que se pronunció en el Caso Santana-Inzaurralde. “El que de cualquier manera y por cualquier motivo, siendo agente del Estado o sin serlo contando con la autorización, apoyo o aquiescencia de uno o más agentes del Estado, procediere a privar de libertad a una persona, seguido de la negativa a informar sobre la privación de libertad o el paradero o la suerte de la persona privada de libertad; o que omita y se niegue a brindar información sobre el hecho de la privación de libertad de una persona desaparecida, su paradero o suerte, será castigado con dos a veinticinco años de penitenciaría”, dice el Artículo 21 de la Ley que agrega: “El delito de desaparición forzada será considerado como delito permanente, mientras no se establezca el destino o paradero de la víctima”
Editorial semanario El Popular - 30 de setiembre de 2011 |
La impunidad es intolerable y la prescripción también La gran prensa y la derecha buscan silenciar y sacar del debate ciudadano los crímenes de lesa humanidad del terrorismo de Estado y el intento de que prescriban en 30 días. Desde estas páginas buscamos exactamente lo contrario. El PIT-CNT, Mujica y una iniciativa. El jueves pasado, el PIT-CNT, con el apoyo de Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, HIJOS, SERPAJ, FEUU, CRYSOL, Iguales y Punto y Mesa Permanente contra la Impunidad; hicieron público un proyecto de ley que apunta a incorporar a la legislación nacional los aspectos centrales de la sentencia de la Corte Interamericana de DDHH (CIDH) en el caso Gelman. Califica como de lesa humanidad los delitos cometidos bajo el terrorismo de Estado y por lo tanto imprescriptibles. Por la tarde, una delegación del PIT-CNT fue recibida por el presidente de la República, José Mujica, para analizar el proyecto. Según participantes en la reunión, Mujica expresó su visión positiva sobre el proyecto e incluso afirmó: “Terminar con los crímenes de lesa humanidad sería un avance cultural muy importante para Uruguay”. Son hechos importantes. Hay una iniciativa concreta, que de una u otra manera llegará al Parlamento y éste deberá pronunciarse. La iniciativa cuenta con un importante apoyo de organizaciones sociales y además, con la simpatía del presidente Mujica. Por otra parte se han presentado nuevas denuncias y en los próximos días se presentarán varias más, para que sean investigadas. La sentencia de la CIDH y el Poder Judicial. En febrero la CIDH condenó a Uruguay y le ordenó que la Ley de Caducidad “dejara de ser un impedimento para la investigación, de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y para la identificación y eventual condena de los responsables de los mismos”. La condena de la CIDH dice también, a texto expreso, que no debe aplicarse la Ley de Caducidad “ni ningún instrumento jurídico análogo como la PRESCRIPCION”. Al parecer no debería existir ninguna duda al respecto, sin embargo no es así. Y no lo es porque la interpretación de las leyes y también de las sentencias, es materia de debate filosófico y no sólo jurídico, es decir, entra en el terreno político de las concepciones y los valores de quienes las interpretan. Por ello no se vulnera ninguna autonomía ni se ejerce ninguna presión ilegítima si se reclama una interpretación y una aplicación determinada. En este caso, el cumplimiento a cabalidad de la sentencia de la CIDH, es decir en todas sus consecuencias jurídicas e institucionales, debe ser el mínimo aceptable y no el máximo aspirable. Las violaciones a los DDHH cometidas en el marco del terrorismo de Estado no son delitos comunes, son de lesa humanidad, y por lo tanto imprescriptibles. Eso parece que no resistiría ninguna discusión, pero lamentablemente no es así. Varios jueces se han negado a tipificarlos así y procesan a los violadores de DDHH por delitos comunes, como homicidio especialmente agravado. Recientemente la Suprema Corte de Justicia desestimó en tres sentencias la tipificación del delito de “desaparición forzada” por considerar que el mismo no estaba vigente en el momento que esos delitos se cometieron. Aplica el denominado criterio de la irrectroactividad de la ley y como consecuencia de ello también el de prescripción. La Suprema Corte dispuso la condena de los responsables por el delito de “homicidio muy especialmente agravado” por el asesinato de 28 personas. El fallo fue votado por una mayoría de 4 a 1, con el voto discordante del actual presidente, Leslie Van Rompaey. Ahora los jueces deben enfrentar más de 150 casos, entre los que se reabren y las nuevas denuncias. ¿Es de recibo que lo hagan según el criterio de cada uno? Hay opiniones diversas sobre si es necesario o no que el Parlamento vote una ley al respecto. Desde estas páginas hemos sostenido, y lo reiteramos hoy, que todos los poderes del Estado deben hacer esfuerzos por cumplir con la sentencia de la CIDH. La iniciativa del PIT-CNT tiene el valor de hacer ley los fundamentos jurídicos de la sentencia y enviar una señal muy clara al Poder Judicial de la voluntad de cumplirla a cabalidad. Desde la ética. Las dimensiones jurídicas, filosóficas y políticas de la impunidad son importantes. Pero hay otra que es decisiva: la ética. Esto no es un congreso académico donde compiten brillantes argumentos jurídicos, o un curso de derecho aplicado donde se aprenden hábiles artilugios y estrategias legales. Es una disputa central en la construcción de una sociedad sana, democrática, libre. Los crímenes de los que hablamos son los peores de la historia nacional. Quienes los cometieron no alegan inocencia. Por el contrario, cuando pueden los reivindican, sólo proclaman impunidad, nada más y nada menos. ¿Es éticamente tolerable que queden impunes secuestradores de niños, torturadores, violadores, asesinos y desaparecedores de personas? Los secuestradores de niños, torturadores, violadores y asesinos quieren impunidad. EL POPULAR, junto a todas las organizaciones populares, sin revanchismos ni rencor, seguirá reclamando verdad y justicia. Nada más, pero tampoco nada menos. Y lo haremos todas las veces que sea necesario.
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Muere el 19 de agosto de 1973 en el Batallón Florida de Infantería Nº 1. Era ciudadano argentino. Militante del PRT-ERP que se había sumado al MLN-Tupamaros. Tenía 27 años.
La justicia procesó este jueves a dos militares y expidió un pedido de captura a un tercero por el asesinato de Gerardo Alter, ocurrido en agosto de 1973 tras un interrogatorio en el Batallón Florida.
Se trata de dos militares, Antonio Gómez Graña y un segundo de apellido Aguirre, por quienes el fiscal Ariel Cancela había pedido pena por coautoría de homicidio muy especialmente agravado, algo que finalmente ratificó el juez Pereyra. Además se estableció un pedido de captura sobre un tercer militar, Hermes Tarigo, quien se encuentra de viaje en Europa.
Además de ellos, otro militar argentino tendría que ser indagado, luego que un sobreviviente de la tortura, testigo de la muerte de Alter, identificara un cuarto participante del interrogatorio. Para eso se realizarán tareas de reconocimiento, aunque se cree que ese cuarto militar podría estar ya procesado por otros crímenes.
En febrero, los militares indagados admitieron que Alter murió mientras era interrogado en el Batallón Florida, algo significativo porque se trató de la primera vez que se admitió la muerte de un militante en los casos que se indagan por violaciones a los derechos humanos. Si bien los militares no admitieron haber torturado a Alter, señalaron que estaba mal de salud y murió poco después de ser interrogado
Publicado por Martha Helena en Blog Capturavidas
El Jueves 27 de octubre, el juez Pereyra proceso con prisión por co autoría de homicidio especialmente agravado a ARTURO AGRUIRRE y ANTONIO GOMEZ, y tiene un pedido de captura para HERMES TARIGO, por la muerte de Gerardo Alter.
Quien es Gerardo Alter ?
Gerardo Moisés ALTER, Breve reseña: Muere el 19 de agosto de 1973 en el Batallón Florida de Infantería Nº 1.
Era ciudadano argentino.
Militante del PRTERP que se había sumado al MLN-Tupamaros.
Tenía 27 años.
Material bibliográfico: “Investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de estado en el Uruguay” tomo I. paginas62 a67.
De le informe anual de Serpaj año 2010, Resumen de la causa presentada por el Dr. José Luís González
El 4 de agosto de 2009 en el juzgado Penal de 4º Turno (Dr. Pereyra), con intervención de la Fiscalíade 4º Turno
(Dr. Pérez) en caso de que la sede lo estime pertinente, se solicite a su símil de 4to turno, enviar copia de las actuaciones en donde han declaro varios indagados y testigos como ser Jorge Selves.
La misma causa esta directamente relacionada con el homicidio de Walter Hugo Arteche.
“Privación de libertad, tortura y muerte de Gerardo Alter
Gerardo Alter era de nacionalidad argentina, nacido enla Ciudaddela Plata(Provincia de Buenos Aires). Militaba en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) de Argentina. En julio de 1973 viaja a Montevideo, con el fin de colaborar en tareas de militancia con grupos de estudiantes y obreros uruguayos, vinculándose al MLN (Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros).
A pocos días de su llegada a nuestro país, el 19 de agosto de 1973, es detenido en La Unión(Camino Carrasco y Veracierto) por agentes de seguridad, quién mediante violencia y amenazas lo introdujeron a la fuerza en un vehículo particular, retirándose rápidamente del lugar. Tenía 27 años cuando falleció durante la «tortura».
El 29 de octubre de 1986,la Sra. Rosalía Alter (hermana de Gerardo) presenta denuncia a los efectos de determinar la responsabilidad de la/s persona/s que habrían intervenido en la detención y muerte de su hermano.
El 14 de octubre de 1988, el Juez Letrado en lo Penal, Dr. Darío Peri Valdez solicita a través dela Suprema Cortede Justicia, que el Poder Ejecutivo se pronuncie respecto de los autos en tramite, con relación a lo prescripto en el artículo 3° dela Leyde Caducidad dela Pretensión Punitivadel Estado.
El 17 de noviembre el Presidente dela República y el Ministro de Defensa Nacional,Tte. Gral. Hugo Medina, responden ala Corteexpresando: “En respuesta al Mensaje N°999 de fecha 26 de octubre de 1988, el Poder Ejecutivo tiene el honor de comunicar a esa corporación – de acuerdo a lo establecido en el artículo 3 de la ley N° 15.848 – que los hechos referidos los considera comprendidos en el artículo 1° del mencionado cuerpo legal”. En mérito a lo expresado, las actuaciones presumariales fueron archivadas.
En términos generales, el fundamento para archivarla radica en la falta de mérito para el dictado de la sentencia interlocutoria, ora por la ausencia de elementos de convicción suficiente para juzgar que el imputado haya tenido participación en el delito, ora por la inexistencia de un hecho delictivo (art. 125 del Código de Procedimiento Penal).
En la hipótesis de autos se trata de una situación sui generis, sin antecedentes en nuestro ordenamiento jurídico positivo, porque el archivo obedeció, no a una decisión voluntaria del órgano encargado por naturaleza para impartir Justicia (Poder Judicial), sino a la preceptividad establecida en una ley que otorgó preeminencia a otro Poder del Estado (Poder Ejecutivo) para resolver la litis.
El mérito de la reapertura se deriva de la constatación de hechos nuevos
supervinientes que fortalecen el contenido de la denuncia y/o eventualmente el deber jurisdiccional de completar la actividad instructoria una vez removidos los obstáculos legales que impidieron avanzar.
El primer hecho nuevo superviniente es la presunta participación de civiles en el operativo que finalizó con el secuestro, tortura y posterior muerte de Gerardo Alter. El segundo es la presentación de prueba testimonial directa, que puede informar acerca de las características de lo ocurrido con relación al secuestro y torturas de Gerardo, así como otras referencias vinculadas a los presuntos responsables de su muerte.
En este procedimiento fueron además detenidos dos ciudadanos uruguayos, de nombre Jorge Selves y Walter Arteche. Los tres fueron trasladados al Batallón “Florida” de Infantería N° 1, ubicado en el barrio Buceo, donde fueron interrogados y torturados. La intensidad de la tortura, mediante la aplicación de magnetos, provocó primero la muerte de Walter Arteche y seguidamente la de Gerardo Alter. Jorge Selves salvó milagrosamente su vida. Luego de permanecer preso durante varios años en el Penal de Libertad, debió exilarse hasta el advenimiento del régimen democrático.
La familia de Alter, luego de una exhaustiva búsqueda logró ubicar el lugar donde había sido sepultado Gerardo (Fosa N° 930 del Cementerio del Norte). Tiempo después sus restos óseos fueron repatriados ala República Argentina.
El procedimiento organizado por agentes del Estado para la detención de los tres militantes, según pudo saberse, fue una suerte de venganza por la muerte del Teniente Braida, coincidiendo ese día con el aniversario de su fallecimiento.
Entre el grupo de secuestradores habría participado la esposa del Tte. Braida, en su condición de civil, pues no se conoce su filiación como funcionaria del Estado, sin perjuicio de señalar la presunta participación de otras personas civiles, que podrían haber integrado grupos de acción paramilitar. La esposa del Teniente Braida, también habría participado en los interrogatorios de tortura.
Es de señalar que los hechos reseñados no están comprendidos en la hipótesis de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, por cuanto, la referida disposición solo comprende a “….funcionarios militares y policiales,equiparados y asimilados por móviles políticos o en ocasión del cumplimiento de sus funciones y en ocasión de acciones ordenadas por los mandos que actuaron durante el período de facto.” (art. 1º de la Ley 15.848). En consecuencia, si en el operativo de secuestro, tortura y muerte de Gerardo Alter hubieran participado personas que no revisten dicha condición, por ejemplo,civiles, estarían excluidos per se del amparo de la norma.
Coadyuva la solicitud de investigación, el hecho que además de la inaplicabilidad de la ley Nº 15.848, el delito denunciado se inscribe en el marco de los denominados Delitos de Lesa Humanidad, categoría que también excluye la aplicación de causas de extinción del delito, como por ejemplo, la prescripción.
El 4 de agosto de 2009 se presentó nuevamente la denuncia ante el Juzgado Letrado en lo Penal de 4º Turno (Dr. Pereyra), con intervención dela Fiscalíade 4º Turno (Dr. Pérez). El juzgado elevó las actuaciones al Poder Ejecutivo, a los efectos que determinará si el caso estaba o no incluido en la ley de caducidad.
El caso fue excluido y a principio del año en curso comenzó el diligenciamiento de la prueba ofrecida, habiendo declarado el testigo y único sobreviviente del secuestro y muerte de Gerardo Alter.
Posteriormente fue solicitada una pericia sobre las condiciones de la muerte de Alter, a una comisión ad hoc de médicos forenses, quién ya entregó su informe al juez de la causa.
En las últimas semanas fueron citados a declarar varios de los militares vinculados directa o indirectamente con la muerte de Alter, por desempeñar tareas en el establecimiento de detención donde fuera detenido y torturado.
En los próximos días deberá diligenciarse la prueba pendiente, y es probable que antes de fin de año, la causa pase en vista al Ministerio Público a los efectos de pronunciarse sobre la imputación de responsabilidad de los indagados.

La impunidad es el no castigo. La cultura de la impunidad, su consecuencia. En Uruguay a la salida de la dictadura se aprobó una ley de impunidad. Fue votada, los propios legisladores lo reconocieron, bajo presión militar. Se la denominó, pomposamente, “Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado”.
El Estado cedía sus pretensiones de castigar a los crímenes de la dictadura. Cedió porque las fuerzas armadas condicionaron el retorno a la democracia. Condicionaron la democracia para mantener una política económica. Una política económica que fue la razón y origen de las dictaduras.
La ley de impunidad se fundamentó en una “lógica de los hechos”. El país volvía a tener presidente y parlamentarios si había impunidad. Eso era lo lógico… que se volviera a una democracia tutelada. Que lo hecho por la dictadura no se revisara, no se juzgara, no se recordara…
Sin revisionismo, en los hechos, no se sabría la verdad y no habría memoria. Las democracias tuteladas nos internaron en una eterna transición. Una transición que no termina mientras existan leyes o normas de impunidad. Una transición en la que se puede gobernar, se puede legislar, pero no se puede juzgar.
En toda la región en un mismo tiempo hubo dictaduras… No fue casualidad. En toda la región se reinstauraron democracias limitadas de una u otra forma. En toda la región se aprobaron leyes o normas de impunidad. En toda la región hubo una desgastante búsqueda de la verdad.
En toda la región lo último en democratizarse fueron los sistema judiciales. En toda la región se aplicó una misma política económica neoliberal. En toda la región sufrimos hoy las consecuencias de esas limitaciones. Aquella “lógica de los hechos” se transformó en una “lógica de lo hecho”.
Los militares hoy son militantes en la defensa de su propia impunidad. Impunemente salen en los medios de comunicación a justificar sus crímenes. Los fiscales no pueden acusar y los jueces sentenciar, sin ser presionados. La justicia está en transición. Una transición hacia la verdadera justicia.
Los supremos magistrados no admiten que se trata de crímenes de lesa humanidad. La desaparición se convierte en homicidio, aunque no esté el cuerpo del delito. La tortura y la violencia sexual tampoco son admitidas como delitos imprescriptibles. En Uruguay, hoy, todos los delitos pueden prescribir el próximo 1° de noviembre.
El sistema político no terminar de dar una solución al problema. Cada partido político al llegar al gobierno, de una u otra forma busca un punto final. El Poder Ejecutivo quiere gobernar sin conflicto con las fuerzas armadas. El Poder Legislativo no logra mayorías y consensos para aprobar normas. El Poder Judicial teme juzgar.
El Estado aparece impotente para cumplir con sus obligaciones internacionales. Todos los países de la región son firmantes de convenciones que no cumplen. La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Uruguay y otros países por eso. Pero la impunidad ya parece enquistada en una sociedad individualista y temerosa.
En Chile aún rige la Constitución impuesta por la dictadura del general Pinochet. Mucho se ha avanzado, pero la cultura de impunidad sobrevive. En Argentina se tardó 20 años en tipificar como crímenes de lesa humanidad, pero el extraditado coronel Manuel Cordero pasea por Buenos Aires bajo arresto domiciliario.
En Brasil, todavía no hay un condenado y sigue vigente la autoamnistía de 1978. Brasil también fue condenado por la CIDH por el caso de la guerrilla de Araguaia. En Paraguay aparecieron los archivos del horror, pero tampoco se logra justicia. En el exilio anda buscando asilo un grupo acusado hoy de subversión…
En Uruguay, el coronel Glauco Yanonne, represor del Plan Cóndor, recibió el Nobel de la Paz para los cascos azules uruguayos. Yanonne fue nombrado docente en la escuela Militar por el gobierno de izquierda. Es que la tortura no es delito aún en Uruguay y la víctima debe convivir con su impune victimario.
Por lo hecho, la impunidad se extendió y se hizo cultura de impunidad. La cultura de la impunidad no implica sólo a los crímenes de la dictadura. La cultura de la impunidad ganó a las instituciones y al entretejido social. La cultura de la impunidad le quito voluntad política a los políticos y le impuso individualismo al individuo.
Mientras se buscaba la verdad, la cultura de impunidad crecía. Mientras los represores se sentían seguros, crecía la corrupción Mientras el Estado amparaba la impunidad, crecía la inseguridad social. Mientras el Parlamento no parlamentaba, se deterioraba la salud. Mientras la Justicia era injusta, la enseñanza se transformaba en negocio.
Y al no juzgarse aquellos crímenes, otros delitos también ganaron impunidad. En toda la región hay casos de negociados financieros que no se juzgaron. En Uruguay los dueños de los bancos que fundieron al país debieron ser liberados. La justicia no los condenaba y ellos reclamaron ante los organismos internacionales.
Los derechos humanos de esos delincuentes fueron respetados por el sistema. Los derechos humanos de las víctimas de la dictadura se consideran revanchismo. También quedan impunes las coimas, las falsas inversiones y las triangulaciones. Es que los negociados en el poder eran parte del modelo económico impuesto.
Impuesto el modelo económico se vendieron empresas públicas, soberanía y libertad. Hoy la Economía no es mía, ni tuya o de aquel. En la globalización es de otros… En un mundo unipolar, todos estornudamos con el dólar y Wall Street. El territorio nacional se extranjeriza. Las vaquitas son ajenas y la tierra también.
La Salud está enferma: enriquece a las clínicas médicas y a los laboratorios. La Enseñanza no enseña: la pública baja su nivel y la privada genera lucro. La Seguridad Social es insegura: la cuenta propia mató a la solidaridad social. El desempleo es bajo, pero la familia necesita el doble empleo para vivir. Nos impusieron impuestos: al valor agregado, la renta, la compra o la venta.
Los que no pagan impuestos y no se adaptan al sistema son marginalizados. La marginalidad, en la crónica policial de la TV, creo la sensación de inseguridad. La minoridad fue criminalizada. Ser joven es delito y ser estudiante subversión. Quieren que a los 16 años sean imputables… Los robos lo harán niños de 12 años.
Quieren que sean mano de obra barata, capacitados para ser un engranaje más. Dejaron que llegaran las drogas baratas, para crear más marginalidad y más miedo. La clase media pide seguridad y suben los presupuestos en tecnología de represión. La gente está libre tras las rejas de sus casas, vigiladas por cámaras de seguridad.
La condición social ya ni se mide por lo que se es o se tiene, sino por la intensidad de compra. La “lógica del consumismo” marca la capacidad de gasto y la posibilidad de crédito. Quien no usa tarjeta es sospechoso y quien se endeuda es confiable. Los ricos son más ricos aunque los pobres sean menos pobres. La brecha crece.
El poderoso puede desde el poder y el desposeído solo puede pedir para poder poder. Los ricos se frustran en sueños de consumismo y los pobres siguen con-su-mismo sueño frustrado. El neoliberalismo, la globalización y el individualismo, dirán, es el modelo sistémico. Sí, pero ese modelo necesitaba esta transición para imponerse.
Terminar con la cultura de la impunidad implica un cambio cultural de la sociedad. Implica saber lo que pasó en la dictadura, se necesita verdad, memoria y justicia. Porque sólo con verdad, memoria y justicia, se comprende lo que pasó y lo que pasa.
Terminar con la cultura de la impunidad implica eliminar toda norma que la ampare. Porque esas normas, leyes o reglamentos son las que institucionalizan la impunidad. Es el colmo que aquí tengan que pedir permiso para protestar o presentar una carta.
Terminar con la cultura de la impunidad implica cerrar el proceso de transición. Una transición que se ha extendido por demasiado tiempo. Porque solo con verdad, memoria, justicia y sin normas impunes termina la transición.
Terminar con la cultura de la impunidad implica que haya políticas de Estado en derechos humanos. Apoyo a los legisladores que proponen enviar nuestros compromisos a la Unasur. Porque involucra a todos avanzar en derechos humanos.
Terminar con la cultura de la impunidad implica a la voluntad política del Estado. Porque no es un tema que soluciona el gobierno de turno. Porque es
Terminar con la cultura de la impunidad implica a que los jueces puedan juzgar. Hay que capacitar a los jueces en derecho penal internacional para que lo apliquen. Porque la verdad exige justicia, porque no hay justicia sin verdad, ni verdad sin justicia.
Terminar con la cultura de la impunidad implica responder la pregunta ¿Dónde están? Porque ese es el reclamo que se viene haciendo desde hace cuarenta años. Porque esa es la respuesta que desde hace cuarenta años no se da…
Terminar con la cultura de la impunidad implica defender los derechos humanos que hoy se violan. Porque eso pasa hoy en cárceles, centros de menores o psiquiátricos de cada país. Como hubo desaparición, tortura y muerte, esta violación parece normal.
Terminar con la cultura de la impunidad implica a los derechos civiles y culturales. Derechos cotidianos que amparan en el acceso a la salud, la educación, la vivienda o el trabajo. Porque en definitiva el tema sigue siendo la redistribución de la riqueza.
Terminar con la cultura de la impunidad implica a la unión de las ONGs en cada país. Tenemos que unir lo unible a nivel nacional e internacional para actuar en conjunto. Porque somos las organizaciones sociales las que marcamos la voluntad del Estado.
Terminar con la cultura de la impunidad implica indignarse como dice Stephanie Hessel. Son lecciones que nos dan los indignados de España y los estudiantes de Chile. Porque es necesaria la indignación, pacífica y reflexiva para decir “basta”.
Terminar con la cultura de la impunidad implica crear una cultura de los derechos humanos. Una cultura que ya fue articulada por la ONU en 1948, pero que todavía no se cumple. Una cultura que nos permita renovar un contrato social de convivencia en paz.
Mario Benedetti, en su texto “Variaciones sobre el olvido”, del libro “Perplejidades de fin de Siglo” (1987), escribió un concepto que la Fundación Mario Benedetti, que represento, incluyó al hacer un informe a la justicia sobre una investigación de campo en que se pudieron aportar nuevos datos a una causa de 19 muertos por tortura que hoy se está juzgando en Uruguay.
Mario escribió: “No es el olvido lo que puede salvar a una comunidad del rencor y la venganza. Sólo el ejercicio de la justicia permite que la comunidad recupere su equilibrio. La fidelidad, la lealtad, la justicia son actitudes que adquieren valor en su conexión con el pasado. Nadie pretende ser fiel a un futuro, leal a un juramento que todavía no ha hecho. Al prójimo ecuánime y entrañable, que también los hay, no le seduce la retórica del olvido sino las cuentas claras, esas que conservan enemistades. No ignora que tras esa mímica de generosidad, tras ese despilfarro de perdones, tras ese simulacro de justicia, el pasado de veras sigue intacto: con sus principios y sus riesgos, sus frustraciones y sus laureles, sus violetas y sus pavos reales, sus almas en pena y sus almas en gloria. Ocurre que el pasado es siempre una morada y no hay olvido capaz de demolerla.”

Estudiantes, razón de ser de esta Casa;
Docentes, cuya misión es la reproducción ampliada del conocimiento y más aún, de la sensibilidad hacia el otro ser humano.
Queridos compañeros, presentes y ausentes.
Amigos y amigas todos:
Somos los orientales del Uruguay, querámoslo o no, los navegantes de este país pequeño y persistente, país de la cola de paja, verde y herido, de las redotas y los éxodos, de la memoria y los sueños, las glorias, las nostalgias y los éxitos celestes.
Es una patria joven, que se reconoce como parte inseparable de Nuestra América, mestiza y mulata, que con sus héroes habló y habla al mundo con un lenguaje cálido y nuevo.
Y lo debe hacer hoy más que nunca, ante el peligro de autoextinción de la Humanidad, que temía Mario cuando escribía: “No tengo miedo a mi muerte sino a la de la Humanidad”.
Como Mario, el “pequeño gran hombre” que hoy nos vuelve a convocar, creemos que hay que seguir, con la memoria en el buen y el mal pasado, caminando en el presente y respirando sueños y utopías con la vista en el futuro. Porque “contra el optimismo no hay vacunas”.
El Consejo de la Fundación está cumpliendo lo dispuesto por Mario: perpetuar su memoria defendiendo la cultura
y los derechos humanos esenciales.
En consecuencia, hemos resuelto instituír el Premio Internacional “Mario Benedetti” para quienes hayan sobresalido en la Defensa de los Derechos Humanos y en su Solidaridad con las víctimas de la violación de los mismos.
Fuimos unánimes en asignar este premio, que se da por primera vez, a Leonard Peltier, indígena de la Nación Sioux Dakota de nacimiento y Lakota de adopción, por la defensa del derecho de su pueblo a la Vida, a la Tierra y a su Cultura milenaria.
La “reserva” inhóspita donde sobrevivía el pueblo Lakota asentaba sobre uranio, por lo que guardando ese secreto, se inició en 1973 una campaña de atropellos y crímenes contra los habitantes de Oglala hasta que tuvieron que irse a un predio privado que los acogió, donde acamparon hombres, mujeres y niños.
Allí la Asociación de Pueblos Indígenas envió quince personas (nueve mujeres y seis hombres) entre ellos Peltier, como jefe y protector de los perseguidos.
Un día de 1975 agentes motorizados del FBI y paramilitares entraron como una tromba en el predio, hubo un tiroteo y murieron dos agentes del FBI y también a consecuencia del desastre, varios indígenas que se sumaron a los más de 70 que habían muerto en esos dos años.
Por cumplir esa misión de presencia protectora como jefe de su Nación, Leonard fue injustamente acusado, y castigado sin prueba ninguna, con “dos condenas a prisión perpetua y siete años más” en el año 1975 en Dakota del Sur, Estados Unidos de América.
Ridículo, sino fuera trágico.
Reiteradas solicitudes de liberación, incluso de Nelson Mandela, han fracasado.
Hoy pedimos abiertamente desde aquí, sin diplomacia mas con toda nuestra pasión solidaria, a todos aquellos que representan dignamente a sus pueblos en el mundo, que se adhieran pública y expresamente a Leonard Peltier.
Lo homenajeamos como digno sucesor del héroe sioux “Caballo Loco”, adalid de la resistencia indígena del norte del Continente.
En su lucha, Peltier no está solo: desde los mapuches y tehuelches del extremo Sur hasta los esquimales del extremo Norte, todos, han sufrido por siglos y sufren hoy también la invasión y la agresión feroz a sus civilizaciones diversas.
Siempre por una sola causa: la ambición ilimitada de los poderosos del mundo.
Tampoco esta lucha se provocó solamente en el mal llamado “Nuevo Mundo”. También ha sido siempre la lucha principal de todos los indígenas de África, de Oceanía y de Asia, para defender sus vidas y culturas, muchas de ellas anteriores a la europea.
Todo pueblo invadido tiene razón.
Sea cual sea su forma de lucha, violenta o pacífica, y sea cual sea la forma de invasión y ocupación, abierta o solapada, con misiles o monedas, con tropas enemigas o tropas en supuesta “misión de paz”.
Los pueblos en desgracia no necesitan represión: precisan médicos, maestros, agrónomos, músicos, profesionales y técnicos que voluntaria y solidariamente vayan a enseñar y a aprender, dando paz y alegría, ayudando sin fines de lucro.
Los imperios están unificados en el presente en un sistema inhumano, cruel, donde una plutocracia cada vez más rica, concentrada e inescrupulosa es sostenida gracias al consumismo de sirvientes enajenados y al peor escándalo, crimen y vergüenza del siglo, al decir de Mario: la pobreza.
La miseria.
Un niño muere de hambre en el mundo cada cinco segundos, ¡cada vez que parpadeamos…!
No todos lo aceptan sin luchar.
Hubo siempre en la historia personas que cargaron en sus hombros la dignidad de sus pueblos invadidos, agredidos.
Los Macabeos y Jesús, Juana de Arco y Juana Azurduy, Tupac Amaru y Tupac Catari, Toussaint y Pétion, José Artigas y Andrés Guacurarí, Simón Rodríguez y Bolívar, San Martín y Santucho, Juárez y Martí, Zapata y Sandino, Mella y Echevarría, Líber Arce y Rafael Varona, Manuel Rodríguez y Manuel Gutiérrez, el Che y Allende, Martirena y Miranda (¡escribanos hijos de esta Universidad!); Sendic y Zelmar.
Todos ellos nos enseñaron que la ética no se predica: se practica, se enseña con el ejemplo.
Mario Benedetti y Leonard Peltier son ejemplo de coherencia entre pensamiento, palabra, y conducta.
Leonard Peltier representa la lucha de todos los pueblos indígenas y además, es tal vez el preso político más antiguo del mundo, justo en el corazón del imperio..
La Fundación “Benedetti” se reconoce desde Uruguay, en el espíritu de Mario, inseparable de toda Nuestra América, y de todo el universo humano, uno y diverso, siempre despreciado, explotado y lesionado por los imperios.
Cuando en el Norte se han dado premios por la Paz a conocidos genocidas, desde el Sur la Fundación “Mario Benedetti” quiere disparar su honda, como David, sobre la mejilla del gigante.
¡Que este ^Premio signifique siempre la dignidad de los pobres, de los olvidados del “último mundo” ante el desprecio de los magnates del “primero”!.
Y aspira a seguir distinguiendo a los hombres y mujeres libertarios que, como Peltier, odian profundamente, desde lo más hondo de su corazón, cualquier clase de tiranía; y aman la vida, la libertad, los derechos y la felicidad de los pueblos, por los que luchan solidarios, sin ofender ni temer a nadie.
Que los que la injusticia ha hecho más infelices, sean los más privilegiados, en el reconocimento fraterno a su resiliencia tenaz.
Dicho reconocimento está representado materialmente hoy aquí por esta hermosa estatuilla de bronce, hecha y ofrecida por nuestro querido artista plástico Octavio Podestá al homenajeado Leonard Peltier.
Es un Premio simbólico, no es material.
Pero se afirma en una riqueza incomparable con ninguna otra, que es el corazón de este pueblo digno.

El viernes 15 de julio, exactamente a las 18:29, veinte horas antes de su fallecimiento, Jorge Beca Tessa envió un mail titulado “Por las dudas”... Enterado de que Eleuterio Fernández Huidobro, seria designado Ministro de Defensa, el querido Chiquito advertía escuetamente: “Sería aconsejable tener pasaporte al día, un bagayito básico y algo de guita”. Mensaje en código carcelario, sólo para entendidos, me lo imagino rascándose la mejilla con el dedo índice, “¡araca, compañeros!. Genio y figura.
El sarcasmo del Chiquito no era de boliche, por el contrario, en él se pueden reconocer profundas raíces ideológicas. Jorge pertenecía a una vieja estirpe, los tupamaros que nunca creyeron ni creen en el sistema, es una desconfianza congénita, nacimos con ella. Es cierto que muchísmos de ellos votaron por Mujica, para las internas se autoconvencieron de que representaba un proyecto opuesto al de Astori, el padre de todos los males,y para las nacionales supusieron que un gobierno del Pepe sería menos de derecha que uno de Lacalle.
Se alegraron con el triunfo electoral del viejo tupamaro y algunos de ellos siguen esperando un giro a la izquierda que no llega nunca y que, seguramente, nunca llegará.
Sin embargo, hasta los más ciegos y sordos de ellos, piensan que la democracia burguesa no es un camino apropiado para poner fin a las trágicas consecuencias sociales del capitalismo, que por ahí no se resuelve nada. Ese convencimiento profundo en la necesidad de una revolución los convierte en una estirpe imposible de redimir, diferente de las otras, las que ya encontraron la redención y pertenecen de cuerpo y alma a alguna iglesia parlamentaria y a sus santos patrones.
La ironía refleja, además, el profundo conocimiento de la individualidad del personaje en cueswtión, ese conocimiento adquirido en años de vida clandestina, intimidad de berretines y fraternidad de calabozos. Se termina conociendo al compañero o compañera más de lo que uno pueda conocerse a sí mismo. Así jugaba de memoria Beca Tessa con su viejo amigo y compinche el Ñato Huidobro, de ahí que haya considerado oportuno prepararse “por las dudas” y recomendárselo a la vieja cofradía de irredentos e insoportables.
En entrevista concedida a BÚSQUEDA hace años, Carlos Julio Pereira,relató lo sucedido en una reunión “reservada” que
el 1º. de diciembre de 1986 convocó Julio María Sanguinetti, entonces presidente del Uruguay. Invitados el ministro del Interior Antonio Marchesano, el secretario de la Presidencia Miguel Semino, los comandantes de las Fuerzas Armadas, Medina, Ricardo Largher y Fernando Arbé y los principales líderes de los partidos Colorado, Nacional, Frente Amplio y Unión Cívica.
En cierto momento de la tertulia, el general Medina –que ya había escondido las citaciones judiciales en el coffre fort de la Comandancia- reconoció que los militares “habían perdido los puntos de referencia”, eufemismo que significa desaparecer, asesinar y torturar mucha gente, pero enseguida dejó los subterfugios a un lado y puso la verdad verdadera sobrte la mesa, los tres comandantes “pedimos protección protección para nuestra gente porque así quedó acordado en el Club Naval”. Se hizo un espeso silencio.
Lo rompió Julio María, recordando a los contertulios que de “eso” se había hablado en el Club Naval, pero no sabía si el acuerdo había quedado formalmente establecido. El general Seregni se apresuró a corroborar que no hubo acuerdo formal, pero “eso” estuvo subyaciendo en las conversaciones. El delegado de la Unión Cívica la remachó: “sí, probablemente no quedó establecido pero... estuvo sobrevolando las conversaciones”.
Así funcionan las cosas cuando la democracia es burguesa y las grandes decisiones se toman entre cuatro paredes con sobrentendidos que sobrevuelan o subyacen. Eran los “padres de la patria”, los que luego del NO en 1981, del 1o de mayo de 1983 y del Obelisco en 1984, supieron encauzar la bronca popular hacia una salida “civilizada” a la dictadura, es decir, sin que cambiara de manos el monopolio de las armas, que es el prinicipal resorte de poder.
Veinte días más tarde, el 22 de diciembre, con los votos blancos y colorados, el parlamento aprobaba la ley de la caducidad de la pretensión punitiva del Estado, ley inconstitucional, inmoral y contraria a los principios del derecho internacional, aprobada para darle formalidad jurídica a los acuerdos de impunidad que “subyacían o sobrevolaban” el Pacto del Club Naval.
El “retorno a los cuarteles” incluía el compromiso de los partidos políticos de “proteger” a los terroristas de Estado. Si no se cumplía, los que retornarían serían los brujos. La impunidad de los crímenes de lesa humanidad es la doctrina militar para mantener espacios de poder mientras soportan pacientemente el repliegue y la legalidad vigente.
Es un objetivo tan cívico militar como la dictadura. Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle hicieron lo imposible para que el movimiento popular organizado renunciara a luchar por Verdad y Justicia, La impunidad venía envuelta en el mismo paquete posdictadura con el modelo extractivo y depredador de los recursos naturales, extranjerizador de la propiedad de la tierra y de la banca, privatizador de las empresas públicas y pagador puntilloso de la deuda externa. Los “padres de la patria” dieron una batalla a brazo partido por ese paquete, para doblegar la conciencia de la gente, para apagar la llamita que hacía resistir y resistir.
En el 2002 llegó el convidado de piedra, la crisis. Nadie creía en el parlamento ni en el gobierno y en la cola de los repartos de alimentos la gente no soportaba más. La crisis económica acarreó el desprestigio del régimen y abrió la posibilidad de que se transformara en crisis política con desborde popular como ocurría en la Argentina. Sin embargo, el sistema ha demostrado poseer muchas vidas y sabe reacomodarse para salir indemne, el progresismo vino a salvarlo, se le dió una mano a Jorge Batlle y a Atchugarry para zafar del mal momento y retomar el control de la conciencia bajo nueva forma.
Los dueños del poder se pueden sentir bien satisfechos del curso de las cosas desde el 2005, el 25% de la tierra está en manos extrajeras, hay récords de ventas de cero quilómetros, de electrodomésticos, de ganancias de los bancos, de exportaciones agropecuarias que no pagan impuestos, Botnia se lleva más de 500 millones de dólares libres por año, pagamos casi 2.500 millones de dólares al año por intereses y amortizaciones de deuda externa, el gobierno progresista se abraza con los EEUU por detrás de las caricias con Venezuela.... y hasta se logró el objetivo político para la etapa, pues el progresismo ha hecho aceptar la impunidad derrotando la lucha por Verdad y Justicia de manera tal vez irremediable.
El paquete completo sin oposición alguna, o mejor aún, llevado adelante con aire de “yo no fuí” y “como te digo una cosa hago lo contrario” por quienes históricamente se le opusieron hasta que llegaron al gobierno. Con un discurso antineoliberal, el antineoliberalismo se encargó de aplicar el modelo neoliberal dejando contento al pueblo, paradoja de paradojas!
Y ahora... Eleuterio al Ministerio de Defensa. Un “combatiente” entre “combatientes”, experto en relaciones íntimas con los militares, poseído por el deseo de que todo el mundo se abrace y se bese con los criminales más perversos. Víctima del terrorismo de Estado defensor voluntario del olvido y el perdón a los terrorristas. luchador incansable por “más presupuesto para los militares”, soldado del presidente de la República, nada mejor, el operador ideal para consagrar definitivamente la impunidad. Mejor que Sanguinetti, la excelencia, la frutillita en la torta.
Era la celda de Eleuterio, el Pepe Mujica y el flaco David, ... ahí se fabricaron la línea de “justicia popular” y el Plan Satán, secuestros al por mayor para canjear los presos políticos por un “seleccionado” de secuestrados. En ella se ideó el Plan Cacao destinado a terminar con el balconeo de la oligarquía, llevando la lucha guerrillera a sus barrios y lugares de diversión, al que luego Raúl Sendic se opuso por el uso indiscriminado de los explosivos, haciendo necesario el Plan Remonte para remontar el desastre que nos costó las vidas de Roberto Rohn y Carlos López.
También en dicha celda se creó la idea de una “noche de San Bartolomé” con el Escuadrón Caza Tupamaros, la que se concretaría con las operaciones del 14 de abril de 1972. En ella se esbozaron el Plan Hipopótamo para la “toma de Montevideo” por el aparato guerrillero tupamaro y el Plan ’72 para preparar el asalto al poder y de ella surgió también el Plan Collar, que luego Huidobro impulsaría personalmente con la toma de la ciudad de Soca. Una verdadera usina de planes militaristas esa celda, aunque los ideólogos que encerraba ahora se hagan los chanchos rengos.
Fue asimismo la celda donde se produjo el proyecto de documento No. 5 del MLN (T), que en uno de sus puntos decía que “Las FFAA de algunos países han demostrado que frente al atraso de las masas y a la inexistencia de un fuerte proletariado pueden asumir el rol de vanguardia y de partido (por ser el sector más poderoso, moderno, templado, coherente y disciplinado), desempeñando un buen papel en la defensa de la soberanía, la independencia y el desarrollo”.
Hasta el documento No 5, en el MLN(T) nadie tenía dudas al servicio de cuales intereses estaban las fuerzas armadas en la sociedad de clases. En realidad, hasta la toma del Centro de Instrucción de la Marina y la expropiación de todas sus armas sin efectuar un sólo disparo ni lastimar a nadie, el movimiento tupamaro había evitado el enfrentamiento directo con ellas, pero no se las atacara frontalmente simplemente por táctica, esprando que la guerrilla lograra acumular la capacidad militar para hacerlo. El MLN(T) siempre tuvo una política muy afinada hacia el ejército, pero sin confusiones sobre su rol en el sistema ni con falsas expectativas políticas.
Los tupamaros fuimos educados en el ejemplo de los guerrilleros cubanos que conquistaron el poder luego de derrotar la ejército de Batista, una revolución hecha “contra” las fuerzas armadas. En ese sentido, el documento No 5 introdujo la posibilidad de hacer la revolución “con” las fuerzas armadas, idea que determinó un cambio muy significativo entre las que se manejaban al interior de la organización.
Dicha tesis sería cultivada durante las conversaciones con los altos y bajos mandos en el cuartel del Batallón Florida pero, sin embargo, en el cotejo con la práctica, no logró el éxito esperado. Al final de “La tregua armada”, en la página 178, Eleuterio evalúa que “Nuestro error en 1972 fue haber creído que era posible influir sobre un sector muy grande. Los antecedentes que citamos anteriormente y ciertos hechos que transcurrían ante nuestros ojos, daban para pensar en ello, Nos equivocamos. La experiencia enseñó que si bien es necesaria y debe ser permanente la labor política en el seno de las FFAA, las fuerzas popularres no debemos hacernos ilusiones en cuanto a lograr, en base a ello, ganar para el pueblo a sectores importantes y orgánicos de las FFAA. Éstas están concebidas y montadas de tal modo que las rosca dominante nunca va a perder su control. Otra cosa sería suicida. Dicho aún más claramente, ellas son la garantía real y de última instancia que tiene la rosca para cimentar su poder”.
Era previsiblemente ilusorio creer que se podía incidir en la interna militar, apoyarse en un grupo perunista –o que se deseaba creer que era perunista- para influir sobre otros y llegar a desalojar del mando del ejército a los presuntamente más fachos. La historia del terrorismo de Estado mostró que esa división en buenos y malos era más bien subjetiva , que todos ellos torturaron, asesinaron y desaparecieron forzosamente, que todos secuestraron niños y todos metieron la mano en la lata. ¿Dónde estaban los preocupados por los intereses populares? ¿En qué quedó el anunciado programa de los documentos 4 y 7? Vulgares maniobras, operaciones de inteligencia para confundir y dividir las filas populares. Es cierto que al interior de las filas militares hubo -y todavía hay- pujas entre logias, grupos de interés, bandas de ladrones, personajes y etc., pero a la hora de los hornos todos unidos en el terrorismo y todos fielmente subordinados a la estrategia mundial que elucubran las computadoras del Pentágono.
Durante los primeros años del proceso de reorganización del MLN(T) de 1985 en adelante, Huidobró debió dejar su tesis militar en estado latente o larvado. Además de haber reconocido su equivocación, ella no tuvo receptividad entre los tupamaros liberados y regresados del exilio. Recién después de la muerte de Raúl Sendic en 1989, la tesis reverdeció, recobró vida activa y se concretó en forma de relaciones íntimas con distintos actores de la interna militar.
Ahora con el Pepe en la presidencia y el Ñato en Defensa, la tesis del documento No 5 parece haber encontrado grandes espacios para echarse a volar y desarrollarse en todo su esplendor. De sus dichos se infiere que siguen pensado lo mismo, que los militares están en condiciones de desempeñar un papel de vanguardia en la defensa de la soberanía, la independencia y el desarrollo.
Los que continúan fieles a Marenales, Huidobro y Mujica, están convencidos que los cambios en serio sólo pueden concretarse con el respaldo de ese partido disciplinado y vertical, otro gigante estúpido, pero acostumbrado a obedecer y mandar sin chistar y sin escrúpulos.. Los paradigmas ya no son, como en 1971, Velazco Alvarado en Perú y Torres en Bolivia, ahora se esgrime el ejemplo del compañero Chávez, borrando de un plumazo las especificidades del proceso venezolano, una historia muy diferente a la de los ejércitos del Cono Sur, y olvidando además lo ocurrido a Zelaya en Honduras y a Correa en Ecuador.
“En un mundo como en el que estamos viviendo con graves problemas, vamos a necesitar la colaboración estrecha entre militares y civiles”, fundamentó Huidobro en sus declaraciones a “El Observador”. En realidad, el mundo siempre estuvo lleno de gravísimos problemas y los militares, precisamente, han sido los encargados de resolverlos por la fuerza, reprimiendo a las grandes mayorías para beneficio de los pocos y poderosos.
La defensa de la patria es asunto fundamentalmente civil y sólo en parte militar, argumenta por ahí en la entrevista que le hiciera BUSQUEDA. Muy bien, pero ¿cuál es el enemigo? Tendría que aclararlo antes de invitar a defenderse de él.
Si el problema es la catástrofe medioambiental, los enemigos de la humanidad son muy concretos, porque quienes la provocaron son las inversiones capitalistas del tipo Botnia, del tipo Aratiri, acumuladas durante siglos en todo el planeta. No veo a Huidobro y sus asoiciados dispuestos a arremeter contra las inversiones extranjeras, más bien todo lo contrario, son sus protectores. Es más probable que quieran defenderse de las organizaciones ambientalistas que denuncian la depredación capitalista.
Si el problema es defenderse de una posible agresión armada, habría que prepararse para enfrentar a los EEUU y sus socios de la OTAN, incluyendo el Estado de Israel. No queda otra, En el mundo no hay otros agresores, los demás son víctimas indefensas, niños y mujeres asesinados a quienes se entierra bajo el rótulo de “daños colaterales”. No lo he oído a Huidobro preocuparse por el pueblo palestino, ni denunciar que los barcos con ayuda solidaria son abordados por piratas israelíes en aguas internacionales, no lo he oído agraviarse por las heridas infinitas de los pueblos de Irak y Afganistán.
En el Pentágono está sentado el único enemigo del pueblo uruguayo. ¿Nuestras fuerzas armadas defenderán un proyecto nacional contra los principales centros exportadores de armas y guerra? La historia enseña que nos espera todo lo contrario y que Eleuterio se subirá a las relaciones íntimas con el Comando Sur del Pentágono, participará de todas las misiones represivas contra los pueblos, como la de Haití y de todas las maniobras con las fuerzas armadas de los EEUU. Como contrapartida, podrá exhibir con orgullo alguna policlínica o un campus deportivo.
Los pactos o contratos matrimoniales por conveniencia no necesitan ser formalizados por escrito y firmados por los contrayentes....no siempre hay un besito para la foto, cuando son espúreos y vergozosos se los oculta bajo dilemas falsos y falaces, sobrevuelan o subyacen como la impunidad en el pacto del club naval.
Más allá del grado de intimidad al que puedan haber llegado, las mutuas conveniencias los unen. Por un lado nadie mejor que Huidobro, con su pasado, el que lo legitima a ojos del común, como operador asociado a los uniformados en la batalla por su impunidad. Y, por el otro lado, para cualquier proyecto o aventura política que pueda nacer de un cerebro en estado febril, no hay aliado más contundente que el partido militar. ¿Se imaginan la presión que pueden meter en la interna frenteamplista los favorecidos por la intimidad con los Tenientes de Artigas? ¿Se imaginan la “pesadez” conque el novel ministro de defensa puede reclamar un pedazo más grande de la torta presupuestal?.
El Apocalipsis, sin embargo, no está a la vuelta de la esquina . O, por lo menos, eso esperamos. En cambio, es posible pronosticar que el nuevo matrimonio cívico militar ocupará espacios cada vez más importantes en el escenario político del Uruguay Progresista y será protagonista de pulseadas de poder e incidentes hoy increíbles. Como tengo el pasaporte vencido, voy a seguir el consejo de mi hermano, Jorge Beca Tessa, el Chiquito.
¡Agarrate Catalina!