Vladimir Putin quiere construirse su octava mansión en un parque natural protegido
En el bosque Utrish, situado a orillas del Mar Negro en la provincia rusa de Krasnodar, uno de los ecosistemas más protegidos del país, pretende construirse una gran mansión el expresidente ruso , Vladimir Putin, otra más, que se suma a las siete que ya posee.
El palacete se enclavará dentro de un complejo de lujo con entrada para yates, tres helipuertos y otras suntuosas viviendas para magnates y políticos rusos. La macrourbanización se ha diseñado en el extremo sur de la federación rusa, en uno de los montes de la costa del Mar Negro que alberga diversas especies protegidas, muchas incluidas en el Libro Rojo de Especies Amenazadas.
Hace unos años se filtró a los medios de comunicación que la Fundación rusa DAR, que ya había colaborado en la construcción de alguno de los palacetes de Putin, iba a participar en la urbanización del bosque Utrish. La Fundación Dar cuenta con una constructora, del mismo nombre, tras la cual se esconde un entramado de empresas en las que hay otras empresas como la corporación de energía rusa Gazprom, cuyos responsables son compañeros de pupitre del actual presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, entre otros.
En el bosque Utrish existen varias figuras de protección. Entre esas especies se encuentra el chinebro [enebro centenario] representado aquí por tres subespecies, todas ellas protegidas y que alcanzan 20 metros de altura y forman agrupaciones boscosas.
En el corazón de este espacio natural se encuentran también tres lagunas semisaladas, que junto a los chinebros y los pistacheros son las peculiaridades que atraen a muchos científicos. Hace 40 años se alzaron las primeras voces de expertos a favor del zapovednik, una figura de protección para este paraje.
En 1989 se decidió aplicar al bosque de Utrish la máxima protección y se restringieron las visitas. Pero por falta de presupuesto el proyecto quedó abandonado hasta el año 2001, después, el Gobierno federal decidió tomar medidas y fijó 2007 como fecha para la protección total de este bosque, pero eso no se llevó a cabo, y hoy existe en este territorio una protección más blanda que permite la caza y el turismo.
Fue en noviembre de 2008 cuando empezaron las obras de un camino que parte de la única pista de acceso, desde la zona donde se une Utrish alto y Utrish bajo al centro del parque. Los grupos ecologistas y amantes de la naturaleza lograron entonces parar las máquinas y después, la Administración reconoció que las obras habían comenzado de manera ilegal y la promotora de la obra y la Fundación DAR fueron multadas.
En este monte público, esa fundación filantrópica quiere además construir un centro deportivo de élite, para lo que ha arrendado durante 49 años dos sectores del bosque, precisamente en la zona con más riqueza natural, donde se sitúan las salinas y las especies endémicas y donde el microclima es más acusado. Mientras, los responsables del parque natural niegan que esa información sea cierta y los políticos locales siguen empujando para la construcción del centro deportivo.
Por su parte, los grupos ecologistas han peleado durante años para conseguir el estatus de zapovednik [protección total] que impediría cualquier actuación agresiva y, aunque la situación ha estado dos años estancada, la máxima protección de Utrish ha entrado en vigor, este año, el 10 de junio.
Para la población local el zapovednik ha sido un duro golpe: la zona protegida queda fuera de la explotación pesquera, turística, forestal y de cualquier otro uso. Además, la comunicación por la playa entre Utrish alto y Utrish bajo ha quedado cortada y los barcos tienen que alejarse dos millas de la costa. Pero la construcción del complejo de lujo,con un majestuoso chalé para Putin, aún amenaza la zona. Si se construye la macrourbanización, con varias carreteras, políticos y empresarios tendrán su paraíso particular.
Eloy Fontán / Diagonal / LibreRed.Net