Países atrasados que rodean a Brasil le suministrarían hidroenergía barata
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Perú produciría energía para Brasil 33% más barata la producida en territorio brasileiro. El gobierno de Brasil quiere importar en cuotas que varían del 70% al 80% de la energía producida por sus atrasados vecinos.
Obras hidroeléctricas en cinco países costarían por lo menos R$ 58,000 millones y el BNDES podrá financiarlas, siempre y cuando sean controlados por empresas de Brasil. Ya no hay ríos en Brasil con el potencial para generar tanta hidroenergía como la que produciría Belo Monte. En Perú, Inambari produciría energía barata para Brasil, a US$ 52 el MWh. Bolivia, produciría energía para Brasil a US$ 58el MWh en la represa de Cachuela Esperanza. Todo esto es muy ventajoso para Brasil, ya que el MWh costaría US$ 77 en el territorio brasileiro, de acuerdo con las proyecciones de la consultora PSR.
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14/02/2012 - escribe JULIO WIZIACK desde SÃO PAULO
El gobierno brasileño creó un “plan B” para ampliar la oferta de energía. Para esto, está acelerando un proyecto de integración con los países vecinos, en el que pretende construir hidroeléctricas conectadas con Brasil.
El principal proyecto es con Perú. Folha averiguó que el acuerdo binacional con ese país está a punto de ser enviado al Congreso Nacional (en ambos países).
También avanzaron las negociaciones con Uruguay, Argentina, Bolivia y Venezuela para nuevos negocios (no solamente de hidroeléctricas). Colombia, Guyana y Surinam mantienen diálogos.
A parte del gobierno federal, la Eletrobras también sería el eje del programa, que contará además con participación del sector privado.
Solamente Eletrobras pretende agregar 18 GW al sistema con unidades en el exterior hasta 2020. La cuantía representa casi un tercio de lo que Brasil necesita hasta esa fecha. Esas usinas estarán interconectadas por 10 mil kilómetros de cables.
Al romper las fronteras, Brasil trata de ampliar el margen de seguridad para la distribución interna de energía en el futuro, ya previendo los atrasos en el cronograma de las hidroeléctricas que serán implantadas en el territorio nacional.
El pronóstico del gobierno afirma que, para atender el crecimiento de la demanda, será necesario agregar 70 GW de capacidad en la generación de energía hasta 2020.
Según lo que declara el secretario de Planificación Energética del Ministerio de las Minas y Energía, Altino Ventura, los proyectos del propio gobierno en el exterior serán responsables por un “aumento marginal”.
Sin embargo, sumando los proyectos de Eletrobras y del sector privado que prevén la interconexión con el sistema eléctrico brasileño, habrá un aumento de capacidad de casi 30 GW -más que el doble de Belo Monte, la hidroeléctrica más grande que se está construyendo, en el río Xingu (Estado de Pará).
En conjunto, estas obras consumirán recursos de por lo menos R$ 58,000 millones y el BNDES podrá financiar la totalidad de estos negocios, siempre y cuando sean controlados por empresas de Brasil.
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Lunes, agosto 22nd, 2011
Brasil – Marcha em Brasília reúne 20 mil manifestantes e pede investimentos em saúde, educação e reforma agrária
Trabalhadores também exigiram o fim da corrupção no governo, e prisão e confisco dos bens dos corruptos e dos corruptores
Cacique Mutua de la comunidad del río Xingu en Brasil.
ENERGÍA MÁS BARATA
Otro motivo que estimula al gobierno brasileño es el futuro costo de la energía.
Actualmente, no hay más ríos en el país con el potencial para generadores del tamaño de Belo Monte, que producirían energía a bajo costo.
En Perú, donde el potencial hídrico es prácticamente sin explotar, el MWh de energía generada por Inambari costaría US$ 52. En Cachuela Esperanza, en Bolivia, saldría por US$ 58. En el caso de que fueran implantadas en Brasil, el MWh costaría US$ 77, de acuerdo con las proyecciones de la consultora PSR.
Folha investigó que, debido a esto, el gobierno quiere importar en cuotas que varían de los 70% a los 80% de la energía producida por los vecinos.
La mayoría de los grandes negocios en desarrollo o en estudio están en los países de la región Amazónica: Perú, Bolivia, Colombia, Guyana, Surinam y Venezuela.
Perú es el objetivo prioritario porque posee una baja demanda de energía, la que corresponde al 14% del potencial hídrico de Latinoamérica.
La primera etapa del programa con el gobierno peruano prevé seis usinas con una capacidad para generar 22 GW, casi dos Belo Monte. La inversión es de US$ 16 mil millones.
A pesar del enfoque en la Amazonía, otros países también son atrayentes. En Argentina, el gobierno construye una usina binacional de US$ 4,9 mil millones. En Bolivia, se está estudiando la construcción de otra obra binacional.
Protesta contra el “imperialismo” es un obstáculo para la expansión brasileira
Aunque los países con los cuales Brasil está negociando, son favorables para compartir energía, las organizaciones de defensa de los derechos civiles en esos países acusan a Brasil de “imperialismo”.
Los principales frentes de resistencia se encuentran en Perú, donde el gobierno tuvo que eliminar una cláusula del proyecto donde se evidenciaba que casi toda la energía generada por la represa de Inambari en los primeros años iría a parar a Brasil. Ahora el proyecto será enviado al Congreso del Perú.
Esta vez, Brasil negociará recibir un tercio de la energía de Inambari, con opción de recibir más si no hay demanda interna en el Perú.
Para cambiar las condiciones del Acuerdo energético Brasil/Perú, las comunidades locales hicieron protestas coordinadas. Por ejemplo, la ONG DAR (Derecho Ambiente y Recursos Naturales), llegó a imprimir “cuentas de luz” con una advertencia: “racionen la energía porque estamos abasteciendo a los consumidores brasileños”. La presión dio sus frutos y las autoridades peruanas fueron obligadas a incluir una cláusula más favorable para el país. Los ambientalistas peruanos critican aún la exportación a Brasil, debido a los pasivos ambientales, debido a los daños al medio ambiente resultantes de construir represas en su territorio.
Parte de las obras en el Perú, serán financiadas con fondos del BNDES, que también autorizó el dinero para la construcción de la hidroeléctrica Tumarín en Nicaragua. Ambos son proyectos con la participación de Eletrobrás. “La empresa es un socio importante”, dice Luciene Machado, superintendente de comercio exterior del BNDES.
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NO EXPORTAMOS PASIVOS AMBIENTALES, dice el ministerio brasileiro.
El gobierno niega que las plantas en el extranjero son un “plan B”. El Ministerio de Minas y Energía del Brasil dice que el aumento de la capacidad del sistema energético será suministrado por las nuevas hidroeléctricas a ser construidas en el país hasta 2020.
También de acuerdo con el gobierno, la construcción de plantas en el extranjero es parte de una estrategia para la integración energética en América Latina con el objetivo de eficiencia de costos. Los cálculos de Eletrobras indican que “compartir” podría generar ahorros de energía de US $ 1,000 millones al año a los consumidores “integrados”.
“Lo que tenemos es un interés compartido”, dice Altino Ventura, secretario del ministerio de planificación energética. “Si Brasil no lidera este proceso [de integración], no va a suceder.”Según Ventura, el gobierno está interesado en todas las posibilidades de obtener energía firme a precios más bajos, que pueda llegar a los consumidores.
Para lograr esto, estarían los acuerdos con Paraguay, Argentina, Bolivia y Perú. Ventura dice que hay negociaciones con Venezuela e interés de Colombia, a pesar de las barreras geográficas amazónicas que dificultan la conexión.
El gobierno brasileiro niega las críticas que señalan que se exporta “responsabilidad ambiental”, o la que alegan que se está implementando una “política imperialista”.
Eletrobrás también refuta las acusaciones de los ecologistas, sosteniendo que sólo participará en proyectos que cumplan con la legislación ambiental de los países involucrados y las posiciones de las comunidades locales.
POTENCIAL
Sin embargo, dijo, América Latina tiene el 18% del potencial hídrico del planeta y sólo el 24% de él es exportado.
Odebrecht dijo que los problemas en la represa hidroeléctrica de San Francisco, en Ecuador no tuvieron que ver con la ejecución de la obra o fallas en el proyecto. Debido a la erupción de uno de los volcanes en Ecuador, la lava mezclada con agua pasó a las turbinas, dañándolas y paralizando la planta. Los argumentos han sido probados y aceptados por el tribunal internacional que juzgó el caso en 2008
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O principal projeto é com o Peru. A Folha apurou que o acordo binacional com o país está prestes a ser enviado ao Congresso Nacional (nos dois países).
Também avançaram as negociações com Uruguai, Argentina, Bolívia e Venezuela para novos empreendimentos (não somente hidrelétricas). Colômbia, Guiana e Suriname mantêm conversas.
Além do governo federal, a Eletrobras é outro pivô desse programa, que também contará com o setor privado.
Só a Eletrobras pretende acrescentar 18 GW ao sistema com unidades no exterior até 2020. A quantia representa quase um terço do que o Brasil precisa até lá. Essas usinas estarão interligadas por 10 mil quilômetros de cabos.
Ao romper as fronteiras, o Brasil tenta ampliar a margem de segurança para o fornecimento interno de energia no futuro, já prevendo atrasos no cronograma das hidrelétricas que serão implantadas em território nacional.
Estimativas do governo mostram que, para atender ao crescimento da demanda, será preciso acrescentar 70 GW de capacidade de geração de energia até 2020.
Segundo o secretário de Planejamento Energético do Ministério das Minas e Energia,Altino Ventura, os projetos do próprio governo no exterior responderão por um “acréscimo marginal”.
Mas, somando com os projetos da Eletrobras e da iniciativa privada que preveem interconexão com o sistema elétrico brasileiro, haveria um aumento de capacidade de quase 30 GW – mais que o dobro de Belo Monte, a maior hidrelétrica em construção, no rio Xingu (PA).
Juntas, essas obras consumirão recursos de pelo menos R$ 58 bilhões e o BNDES poderá financiar a totalidade desses empreendimentos, desde que sejam controlados por empresas nacionais.
ENERGIA MAIS BARATA
Outro motivo que estimula o governo brasileiro é o custo futuro da energia.
Atualmente, não há mais rios no país com potencial para geradoras do porte de Belo Monte, que produziriam energia a preço baixo.
No Peru, onde o potencial hídrico é praticamente inexplorado, o MWh de energia gerada por Inambari custaria US$ 52. Em Cachuela Esperanza, na Bolívia, sairia por US$ 58. Caso fossem implantadas no Brasil, o MWh custaria US$ 77, segundo projeções da consultoria PSR.
A Folha apurou que, por isso, o governo quer importar em cotas que variam de 70% a 80% da energia produzida pelos vizinhos.
A maioria dos grandes empreendimentos em andamento ou estudo fica nos países da região amazônica – Peru, Bolívia, Colômbia, Guiana, Suriname e Venezuela.
O Peru é o alvo prioritário porque tem uma demanda baixa de energia e responde por 14% do potencial hídrico da América Latina.
A primeira fase do programa com o governo peruano prevê seis usinas com capacidade de gerar 22 GW, quase duas Belo Monte. O investimento é de US$ 16 bilhões.
Apesar do foco na Amazônia, outros países atraem. Na Argentina, o governo constrói uma usina binacional de US$ 4,8 bilhões. Na Bolívia, estuda-se a construção de outra obra binacional.
Embora os países com os quais o Brasil negocia sejam favoráveis ao “compartilhamento energético”, organizações de defesa de direitos civis nesses países acusam o Brasil de “imperialismo”.
As maiores frentes de resistência estão no Peru, onde o governo teve de retirar uma cláusula do projeto que será enviado ao Congresso, prevendo que o Brasil importaria quase toda a energia gerada pela usina de Inambari, nos primeiros anos.
Agora, o Brasil ficará com um terço e com a opção de importar mais caso não haja demanda interna no Peru.
Para a mudança, as comunidades locais fizeram protestos coordenados. A DAR (Derecho Ambiente e Recursos Naturales), por exemplo, chegou a imprimir “contas de luz” com um alerta: “Racionem energia porque estamos abastecendo os consumidores brasileiros”.
A pressão surtiu efeito e as autoridades peruanas foram obrigadas a incluir uma cláusula mais favorável ao país.
Os ambientalistas peruanos criticam ainda a “exportação” para lá do passivo ambiental brasileiro (prejuízos ao ambiente, caso o país construísse as usinas planejadas para o Peruem seu próprio território).
Parte das obras no Peru será financiada com recursos do BNDES, que também liberou dinheiro para a construção da hidrelétrica de Tumarín, na Nicarágua. Ambos são projetos com a participação da Eletrobras. “A empresa é uma parceira importante”, diz Luciene Machado, superintendente de comércio exterior do BNDES.
Não exportamos passivo ambiental, diz ministério
O governo nega que as usinas no exterior sejam “plano B”. O Ministério de Minas e Energia diz que o aumento de capacidade do sistema será suprido por novas usinas em território nacional até 2020.
Ainda segundo o governo, a construção de usinas no exterior faz parte de uma estratégia de integração energética da América Latina com o objetivo de eficiência de custos. Cálculos da Eletrobras indicam que o “compartilhamento” energético poderia gerar economias de R$ 1 bilhão ao ano aos consumidores “integrados”.
“O que existe é um interesse compartilhado”, diz Altino Ventura, secretário de planejamento energético do ministério. “Se o Brasil não sair na frente desse processo [de integração], ele não acontecerá.”
Segundo Ventura, o governo tem interesse em todas as possibilidades de conseguir energia firme a preços mais baixos, que possam ser repassados para o consumidor.
Para isso, há acordos com o Paraguai, a Argentina, a Bolívia e o Peru. Ventura diz que há negociações com a Venezuela e o interesse da Colômbia, apesar das barreiras geográficas amazônicas, algo que dificultaria a conexão.
O governo nega as críticas de que estaria exportando “passivo ambiental” ou implementando uma “política imperialista”.
Por meio de sua assessoria, a Eletrobras também refuta as acusações de ambientalistas, dizendo que só vai participar de projetos que respeitem a legislação ambiental dos países envolvidos e as posições das comunidades locais.
POTENCIAL
Ainda segundo ele, a América Latina dispõe de 18% do potencial hídrico do planeta e somente 24% dele está explorado. “Mesmo que essa energia não seja consumida internamente, poderia ser importada ou exportada.”
A Odebrecht informou que os problemas na usina de San Francisco, no Equador, não tiveram a ver com a execução da obra ou falhas no projeto.
Após a conclusão, um dos vulcões na região entrou em erupção e a lava misturada à água comprometeu as turbinas, paralisando a usina. Os argumentos foram comprovados e aceitos pelo tribunal internacional que julgou o caso, em 2008.
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